El piso pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que forman una especie de hamaca que cierra la parte inferior de la cavidad abdominal. Este, sostiene los intestinos y la vejiga, y, en el caso de las mujeres, el útero, según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, pos sus siglas en inglés).

Hoy en día, una de cada tres mujeres en el mundo, es decir, más de mil millones, experimentará alguna patología asociada al piso pélvico a lo largo de su vida. Pero estas afecciones no son exclusivas de las mujeres.

Si bien las estadísticas son más escasas en los hombres, se sabe que alrededor del 7 % de los hombres del mundo unos 241 millones sufren de incontinencia urinaria, una de las patologías más comunes cuando se debilita el piso pélvico.

“Una de las mayores dificultades con estas patologías es que a las personas les da vergüenza contar lo que padecen a diario y así buscar una solución médica integral”, explica la uróloga María Juliana Arcila del centro médico Pelvic Center.

“La solución a un trastorno de piso pélvico no pasa solo por el tratamiento físico; debe integrar la mente y el corazón. Hay que fortalecer la confianza para superar el pudor; los músculos para retomar el control de nuestro cuerpo; y la mente para volver a vivir con tranquilidad”, afirma la doctora Arcila.

Las mujeres suelen ser las más afectadas con los trastornos del piso pélvico. | Foto: Getty Images

Según los NIH, los trastornos asociados al piso pélvico se generan debido a que los músculos de la zona o los tejidos se debilitan o sufren algún daño. Esto ocasiona que los órganos que sostiene sufran daños y por lo tanto se generan afecciones como:

  • Incontinencia urinaria: puede presentarse con una pérdida de orina ocasional, que se da cuando las personas tosen o estornudan o también se evidencia cuando se da una necesidad de orinar tan repentina y fuerte que el paciente no alcanza a llegar al baño a tiempo.
  • Prolapso de los órganos pélvicos: esto sucede cuando los músculos pélvicos ya no pueden sostener uno o más órganos, lo que provoca que bajen y hagan presión sobre los genitales. El síntoma más común de esta afección es sentir que un bulto sale de los genitales.

Las principales causas de las afecciones mencionadas son el embarazo y el parto en mujeres. Pero también pueden originarse por la obesidad, cirugías (como la de cáncer de próstata en los hombres), tratamientos con radiación o envejecimiento.

Para fortalecer el piso pélvico, el portal Mundodeportivo, en su sección de salud, mencionó que es posible realizar algunos ejercicios que consisten en:

1. Encontrar los músculos del suelo pélvico. Por lo general, se hace presionando la parte baja del abdomen al momento en el que una persona se encuentre orinando.

2. Luego, al encontrar dichos músculos, hay que contraer esta zona hacia arriba.

3. Después, se debe mantener la contracción por lo menos durante tres segundos (con la práctica, se puede aumentar hasta los 10 segundos o más).

4. Relajar el músculo paulatinamente, durante el mismo tiempo en el que se efectuó la contracción.

5. Para finalizar, se aconseja llevar a cabo una repetición de 10 veces seguidas.