Mantener una salud física óptima representa esfuerzo, tiempo y sacrificios. Dejar de comer algunas cosas que le gusten mucho, realizar hábitos que pueden no ser de su agrado o cambiar el estilo de vida por completo serán algunas de las acciones a realizar en búsqueda de una mejora.
Así las cosas, a pesar de los numerosos avances en materia de ciencia o tecnología, los médicos han priorizado la necesidad de volcar la mirada de sus pacientes hacia los productos naturales, ya que en ellos hay más vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales que en suplementos farmacológicos o sintéticamente creados.
Es por esto que las plantas terminan jugando un papel importante en la salud. “Los medicamentos derivados de las plantas ocupan un importante lugar tanto en la medicina tradicional como en la moderna. Por esa razón, un esfuerzo especial por conservar la gran diversidad de especies vegetales contribuiría indudablemente, a largo plazo, a mitigar el sufrimiento humano. Para ello es preciso aplicar tecnologías agroindustriales de eficacia probada al cultivo y elaboración de las plantas medicinales y a la fabricación de medicamentos herbarios”, indica la Organización Mundial de la Salud.
Así las cosas, estos elementos terminan siendo de gran beneficio a la hora de combatir enfermedades. De hecho, según la Revista Mexicana de Ciencias Farmacéuticas, “se examinan algunos estudios sobre compuestos químicos extraídos de las plantas que fueron llevados a la clínica para el tratamiento del cáncer”, ya que muchas de estas tienen propiedades importantes para reducir el riesgo de este conocido mal.
Una de las especies más recomendadas para lo anterior es el aranto, cuyo nombre científico es kalanchoe. Se trata de una suculenta de origen africano y que tiene la facilidad de adaptarse a diferentes climas, por lo que ha sido cultivada en zonas tropicales de todo el mundo.
Además, cuenta con un gran potencial curativo. De acuerdo a la Revista Colombiana de Ciencias Químico - Farmacéuticas, su uso milenario tanto ingerido, como tópico, tiene incidencia en el tratamiento de padecimientos como el vómito, las quemaduras, las enfermedades respiratorias y la proliferación de células cancerígenas.
A su vez, el aranto cuenta con un gran contenido de bufadienólidos, los cuales son un grupo de polihidroxi esteroides C-24 y glucósidos, que han sido confirmados por la ciencia como anticancerígenos.
En ese sentido, una de las maneras en que puede emplearse esta planta para aprovechar sus beneficios es como infusión.
Esta se fabrica con las hojas de la planta, las cuales se cortan frescas y se hierven. La porción aconsejada es de 5 centímetros por cada 500 mililitros de agua. Se sugiere que no se tomen más de tres tazas al día.
Esta bebida también ayudará en otros aspectos, como reducir la fiebre y los dolores, ya que funciona como sedante natural.
Gracias a sus factores antioxidantes, el aranto también reduce drásticamente el riesgo de enfermedades crónicas como la artritis o las dolencias cardiovasculares. Es rico en flavonoides y fitonutrientes, los cuales también ejercen como antiinflamatorios.
No obstante, la recomendación es que debe esta planta debe usarse con precaución debido al riesgo de intoxicación, especialmente cuando se consumen las hojas frescas o se utiliza en dosis altas. Además, se requieren mayores análisis científicos para determinar sus verdaderos efectos, por lo que siempre es recomendable consultar primero con el especialista.
Aún así, en la cultura popular se le atribuyen diversos beneficios y en la lista destacan aquellos relacionados con el control del estrés y la ansiedad. Esto se debe a que le ofrece al organismo propiedades analgésicas, sedantes y calmantes.
Según Tua Saúde, el aranto también se usa de forma popular para:
- La diarrea
- El vómito
- Bajar la fiebre
- Aliviar la tos
- Combatir el dolor de garganta
- Aliviar la rinitis
- La cicatrización de heridas
- Tratar ataques de pánico
- Agitación
- Ansiedad