Los músculos son importantes para el movimiento del cuerpo humano. Las personas tienen más de 600 músculos que ayudan a que el cuerpo funcione correctamente. Además, hay diferentes factores que pueden afectarlos y causar enfermedades.

Uno de esos problemas son los dolores musculares, los cuales pueden ser desde una molestia simple, hasta una limitación en las actividades diarias. Sin embargo, hay diferentes remedios caseros que pueden llegar a aliviar dicho malestar, siendo las pomadas las más destacadas.

En ese orden de ideas, la revista unCOMO publicó a través del portal Mundo deportivo una pomada casera, las cual puede ser muy efectiva para los dolores musculares.

Pomada con árnica

El árnica es una planta con propiedades analgésicas, antimicrobianas, rubefacientes y antiinflamatorias. Estas propiedades estimulan la buena circulación de la sangre, evitando el dolor en la zona donde sea aplicada, y se puede preparar de la siguiente manera:

Ingredientes:

  • 2 tazas de aceite de coco
  • 0.6 onzas de flores secas de árnica molidas
  • 1/2 taza de gránulos de cera de abeja

Preparación:

  • Crujir las flores de árnica con un procesador de alimentos.
  • Colocar las flores a remojar en el aceite de coco durante 12 horas.
  • Acto seguido, se debe pasar la mezcla a una olla y poner a calentar a fuego lento.
  • Tiempo después, se debe apagar el fuego y dejar enfriar durante una hora.
  • Pasado el tiempo, se debe colar la infusión y pasarla a otra olla.
  • Poner a calentar nuevamente la mezcla, pero se debe agregar la cera de abejas.
  • Cuando la cera se derrita completamente, la pomada estará lista.

Finalmente, la persona debe aplicar la mezcla por un tiempo considerable en la zona afectada. Sin embargo, si el dolor persiste, la mejor opción es consultar a un profesional de la salud para descartar cualquier anomalía.

Señales que advierten sobre una enfermedad muscular

Según explica Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, los síntomas que pueden indicar sobre una enfermedad muscular incluyen los siguientes:

  • Debilidad.
  • Dolor.
  • Parálisis.

En caso de presentar dichos síntomas es importante consultar a un médico para que realice los exámenes indicados y hacer un diagnóstico. Algunas de las causas que pueden provocar una enfermedad muscular incluyen:

  • Lesiones o exceso de uso, como en torceduras y distensiones, calambres o tendinitis.
  • Genéticas, como la distrofia muscular.
  • Cáncer.
  • Inflamación, como la miositis.
  • Enfermedades de los nervios que afectan a los músculos.
  • Infecciones.
  • Algunos medicamentos.
Dolor muscular. | Foto: Getty Images

Distrofia muscular

Este es un conjunto de enfermedades que causan debilidad progresiva y pérdida de la masa muscular. Según explica Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, “existen muchos tipos de distrofia muscular. Los síntomas de la variedad más frecuente comienzan en la infancia, principalmente en los varones. Otros tipos no aparecen hasta la adultez”.

Distrofia muscular de tipo Duchenne

Es el tipo más común, especialmente en niños.

  • Caídas frecuentes.
  • Dificultad para levantarse luego de estar acostado o sentado.
  • Problemas para correr y saltar.
  • Marcha de pato.
  • Caminar en puntas de pie.
  • Pantorrillas con músculos grandes.
  • Dolor y rigidez muscular.
  • Problemas de aprendizaje.
  • Retraso en el crecimiento.

Distrofia miotónica

  • Incapacidad para relajar los músculos.
  • Rostro largo y delgado.
  • Párpados caídos.
  • Cuellos de cisne.

Distrofia facioescapulohumeral.

  • Debilidad muscular que inicia en la cara, cadera y hombros.
  • Omóplatos sobresalen como alas cuando se levantan los brazos.

¿Cómo aliviarlo?

En caso de tener un dolor muscular, lo recomendable es consultar a un médico para recibir la atención correcta. Medline Plus explica que es importante descansar la parte del cuerpo en la que se presenta el dolor. Tomar paracetamol o ibuprofeno si su condición médica lo permite y aplicar hielo dentro de 24 a 72 horas luego de la lesión, para reducir la inflamación.