Bañarse pareciera ser una actividad diaria e irrefutable, pero mitos que han ido apareciendo señalan que este tipo de higiene podría llegar a afectar el organismo si se hace todos los días. Inexplicablemente, algunos artículos de vida moderna señalan que hacerlo con menor frecuencia es ideal.
De acuerdo con la Unam Global Revista y el académico del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, Ariel Vilchis Reyes, hay que identificar el clima, la condición biológica y la actividad física que cada persona realice para saber la frecuencia de los baños.
“Si estamos en un clima frío, lo mejor es bañarse dos o tres veces por semana, pero si estamos en un clima cálido y sudamos mucho, se recomienda bañarse hasta dos veces al día”, explica Vilchis Reyes en cuanto a la temperatura a la que se esté.
Además, el mismo artículo apunta a que la condición biológica de cada persona es distinta y por ello hay que identificar las necesidades: “Si nos bañamos diario podríamos pensar que es saludable, pero deberíamos tener cuidado para no dañar las pieles más sensibles”.
Entre los puntos a tener en cuenta, uno de los más importantes es identificar cuáles son los tipos de personas que sí o sí deben bañarse todos los días. Esas son aquellas “que realizan mayor actividad física” o “algún trabajo que implique esfuerzo físico”.
Finalmente, el concepto de la Organización Mundial de la Salud es sumamente importante. Esta entidad sugiere que la recomendación es bañarse cada tercer día, en busca de mantener buena higiene en “partes íntimas, como las axilas, las ingles y los pies, en las que hay mayor sudoración”.
Las ventajas de darse un duchazo frío
Tal como lo explicaron los dermatólogos, una investigación publicada en el International Journal of Sports Medicine comprobó que el agua fría mejora la circulación, tras haber estudiado a varios deportistas quienes realizaron actividad física y luego sumergieron una pierna en agua fría durante un cuarto de hora mientras dejaron la otra por fuera.
La conclusión a la que llegó el estudio fue que las adaptaciones microvasculares de la pierna sumergida fueron mejores.
Junto con una comprobada mejora de la circulación de las extremidades, según un estudio publicado por la revista Plus One, as duchas frías aportan al fortalecimiento de sistema inmune del cuerpo. El análisis se hizo utilizando a tres mil personas, las cuales se dieron un baño con agua fría durante 30 segundos y a quienes se les determinó que redujeron las bajas laborales por enfermedad un 29 %.
No obstante, la piel, el órgano más grande del cuerpo, es quien más se beneficia de bañarse con agua fría, ya que, según Cuídate Plus, los tejidos se ven favorecidos de las siguientes maneras:
- Como antiinflamatorio: Debido a que el agua fría mejora la circulación y reduce el flujo sanguíneo, también disminuye las respuestas inflamatorias. Asimismo, se reducen las enfermedades y condiciones que puede presentar la piel como el acné, las arañas vasculares y la rosácea, además de ayudar a que las arrugas de la piel no aumenten.
- Como estimulante de la circulación: El contacto entre el agua fría y la piel aporta a que el metabolismo se acelere y se proteja de la pérdida de calor aumentando la circulación de la sangre y su oxigenación lo que produce más colágeno y elastina, unas proteínas fundamentales que dan firmeza y elasticidad a la piel.