Los perros han sido compañeros leales del ser humano durante siglos, brindando amor, compañía y fidelidad. Sin embargo, es esencial comprender que, a pesar de su naturaleza afectuosa, no todos los perros se sienten cómodos con el contacto físico humano, como los abrazos.

Así las cosas, algunas razones detrás del por qué no se debe abrazar a un perro son:

  • El lenguaje corporal canino: Los perros se comunican principalmente a través de su lenguaje corporal. Un abrazo puede ser interpretado por un perro como una amenaza o un signo de dominio, lo que podría generar estrés y ansiedad en el animal. Los perros pueden mostrar señales de incomodidad como lamerse los labios, evitar el contacto visual, agachar las orejas o incluso gruñir. Ignorar estas señales puede llevar a malentendidos y, en casos extremos, a mordeduras.
Los perros son excelentes facilitadores sociales. | Foto: GettyImages
  • Experiencias pasadas y trauma: Algunos perros pueden haber experimentado situaciones traumáticas en el pasado que los hacen sensibles al contacto físico. Un abrazo repentino podría recordarles experiencias negativas y desencadenar respuestas de miedo o ansiedad. Respetar sus límites es esencial para ayudarlos a superar su pasado y construir una relación de confianza.
  • Variedad de personalidades caninas: Al igual que las personas, los perros tienen personalidades individuales. Mientras algunos perros pueden disfrutar de los abrazos y la atención física, otros pueden preferir interacciones más suaves y respetuosas. Es importante observar y respetar las preferencias de cada perro en lugar de imponerles nuestras propias expectativas.
  • Enseñando a los niños sobre la interacción con perros: Educar a los niños sobre la forma adecuada de interactuar con los perros es fundamental para prevenir accidentes y promover una convivencia armoniosa. Enseñarles a respetar el espacio y los límites de los perros puede evitar situaciones peligrosas tanto para el niño como para el animal. Los abrazos pueden ser malinterpretados por el perro y resultar en incidentes no deseados.
  • Alternativas al abrazo: En lugar de abrazar a un perro, existen muchas otras formas de mostrarles cariño y afecto. Acariciarles suavemente en áreas que disfrutan, jugar con ellos y darles premios son maneras seguras y efectivas de demostrar amor. Observar las señales de bienestar del perro y ajustar la interacción en consecuencia es crucial para mantener una relación positiva y enriquecedora.

¿Cómo saber si un perro es feliz?

  • Movimiento y energía: Un perro feliz suele estar activo y lleno de energía.
La interacción con perros puede aumentar los niveles de dopamina y serotonina en el cerebro. | Foto: Getty Images
  • Cola: La posición y el movimiento de la cola son indicadores clave. Una cola relajada y moviéndose enérgicamente, sin rigidez, suele ser una señal de felicidad. También puede girar en círculos o moverse de un lado a otro.
  • Orejas: Si las orejas están erguidas o hacia adelante y se giran hacia sonidos interesantes, es probable que el perro esté atento y emocionado.
  • Sonrisa y expresión facial: Algunos perros parecen sonreír. Esto se puede ver en la forma en que levantan sus labios y muestran los dientes en un gesto amigable.
  • Lenguaje corporal general: Un perro feliz suele moverse con fluidez, sin signos de rigidez o agresión. Busca un lenguaje corporal relajado en general.
  • Apetito: El apetito del perro puede ser un buen indicador de su estado de ánimo. Si está comiendo bien y disfrutando su comida, es probable que esté en un estado emocional positivo.
Los perros pueden ser excelentes guardianes. | Foto: Getty Images
  • Juego: Los perros felices a menudo muestran interés en el juego.
  • Relajación: Un perro feliz puede disfrutar de momentos de relajación en los que se acuesta cómodamente y se siente seguro.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado en Semana