La National Heart, Lung, and Blood Institute, considera que los ataques cardíacos son urgencias médicas que necesitan ser tratadas. También conocidos como infartos miocárdicos, ocurren porque el corazón no recibe suficiente oxígeno, que es transportado por la sangre.

Es importante diferenciar un infarto cardíaco de un ataque, porque el primero se debe a que el corazón se detiene, es decir, deja de latir, mientras que como se mencionó anteriormente, en el ataque cardíaco el corazón no recibe oxígeno, pero sí puede provocar un paro.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos, por lo menos 800 mil personas al año han tenido un ataque cardíaco.

Según una publicación de Harvard Medical School, en la actualidad se ha registrado un aumento de ataques cardíacos en menores de 55 años de edad, siendo las mujeres las más propensas a sufrirlos.

Dicha afirmación la cita en un estudio de Jama Network Open que asegura que cuatro factores de riesgo son relevantes para esta emergencia médica como:

Diabetes

De acuerdo con la Organización Mundial para la Salud, OMS, en un artículo publicado en noviembre de 2021: “El número de personas con diabetes pasó de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014. La prevalencia de esta enfermedad ha venido aumentando más rápidamente en los países de renta baja y de renta mediana que en los de renta elevada”.

Por lo tanto, la diabetes es una enfermedad que se debe a la no producción de insulina por parte del páncreas y/o a la resistencia de las células a ella. La función de esta hormona es permitir el ingreso de la glucosa a las células para que estas obtengan energía.

Foto referencia sobre diabetes. | Foto: Fertnig/Getty Images

Presión arterial alta

Es la “fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de tus arterias”, explica la Clínica Mayo, que puede ocasionar ataques cardíacos o cerebrovasculares.

Aunque se cree que la mayoría de las personas no experimentan síntomas, los que sí presentan dolores de cabeza y sangrado nasal. Entre los factores de riesgo se encuentra el sobrepeso, el sedentarismo y los mayores de 64 años; sin embargo, cualquier persona puede tener la tensión elevada.

“Demasiado sodio en tu dieta puede hacer que tu cuerpo retenga líquido, lo que aumenta la presión arterial”, asegura la Clínica, que al igual que la OMS, sugiere no exceder el consumo de sal.

Foto referencia sobre presión arterial. | Foto: Getty Images

Depresión

MedlinePlus dice que es un “trastorno del estado anímico” en los que sentimientos como la ira o la frustración pueden influir en el diario vivir de una persona, es decir, afectarla negativamente.

Los síntomas que describe el portal son: irritabilidad, cansancio, dificultad para concentrarse, pensamientos y sentimientos de desesperanza y, quizás, abandono. Es importante señalar y detenerse a observar los pensamientos repetitivos de muerte que puede tener una persona.

Colesterol alto

La Clínica Mayo explica que el colesterol es “una sustancia cerosa” que se deposita en los vasos sanguíneos, impidiendo el flujo de la sangre, elevando las probabilidades de sufrir problemas cardíacos.

Aunque el colesterol HDL no es malo, el LDL sí, y en altos niveles es perjudicial para la salud. Uno de los factores que más incide en su incremento es el consumo de todo tipo de alimentos ricos en grasa trans o saturada que se evidencia en alimentos fritos u horneados, por ejemplo.

En conclusión, fueron observadas 2.264 personas que se encuentran en el rango de edad entre los 18 a 55 años, con una variable en común: sufrieron un ataque cardíaco.

Por lo tanto, los participantes en dicho estudio coincidieron en un 85 % en los factores de riesgo ya nombrados, para afirmar que siendo menores de 55 años, ya han presentado problemas en el corazón.