Bostezar en público está mal visto a nivel social, pues se interpreta como una falta de respeto y signo de aburrimiento ante el interlocutor. Pero todos los seres humanos bostezan, incluso antes de nacer. Además, está demostrado que las personas pueden llegar a bostezar 250 mil veces en el transcurso de su vida, ya que es un fenómeno natural, instintivo, irreprimible y completamente indispensable.
De hecho, si las personas entendieran cuán natural y sano es el bostezo y cómo este relaja el plexo solar, reequilibrando el sistema nervioso autónomo, activando el sistema hormonal y el sistema inmunitario, nunca dirían que es un gesto de aburrimiento, o de ganas de dormir.
¿Por qué bostezar es sano?
El bostezo es una acción que genera relajación y calma en el sistema nervioso central, un arma antiestrés que oxigena el cerebro. Al bostezar, se genera una necesidad irreprimible de separar los maxilares para hacer una inspiración profunda; de esta forma, el cuerpo expresa la necesidad de un cambio de ritmo, ya sea por la falta de alimentos, sueño o necesidad de calma.
El bostezo es bueno provocarlo en momentos de presión y estrés, ya que la entrada de aire seguida de un tiempo de apnea hace que el diafragma se estire y los pulmones se llenen de aire. Después, aparece una profunda sensación de bienestar.
Bostezar mejora la comunicación
Bostezar relaja la mandíbula, el cuello, la laringe y las cuerdas vocales. Cuando el cuerpo realiza este ejercicio, la garganta se expande dejando salir la voz sin esfuerzo. Además, abre las Trompas de Eustaquio (conducto del oído medio que controla la presión detrás del tímpano. Este ayuda a prevenir la entrada de líquido en el oído medio), facilitando la escucha.
Es un ejercicio adecuado para realizar antes de cantar y hablar, pues relaja el diafragma, el músculo que ayuda a respirar. Bostezar también elimina la sobrecarga muscular, da años de vida a la voz y facilita un estado de atención relajada.
¿Qué ocurre cuando las personas bostezan?
El bostezo es un mecanismo involuntario, que no se puede reprimir y que implica numerosos músculos. Al realizar esta acción, intervienen hasta 54 músculos: bucales, cervicales, respiratorios y faciales. Estos músculos curiosamente son antagonistas entre ellos, ya que unos contribuyen a abrir la boca y otros a cerrarla.
Algunos efectos que ocurren en el cuerpo al bostezar son:
- El bostezo activa el sistema parasimpático, esta es la parte del sistema nervioso que controla las actividades involuntarias (desacelera el corazón, dilata los vasos sanguíneos, reduce el tamaño de la pupila, aumenta los jugos digestivos y relaja los músculos del aparato digestivo).
- Al realizar esta acción, el sistema simpático se relaja, el cual se encarga de activar el cuerpo, hace que la persona esté siempre alerta, reaccione a las emociones y a las preocupaciones. El bostezo interrumpe repentinamente esta reacción y así el organismo puede relajarse.
- A través de las fascias, un tejido que rodea los músculos de la cara, se relaja el sistema articular del rostro y se reequilibra la tensión de las meninges y la médula espinal.
- En el desarrollo del bostezo intervienen numerosos neurotransmisores: la dopamina tiene un papel central, pues activa la producción de oxitocina por el núcleo paraventricular del hipotálamo, por lo que el bostezo puede producir placer.
Algunas teorías afirman que el bostezo tiene una acción termorreguladora que sirve para oxigenar y enfriar el cerebro, pero también juega un papel claro en la comunicación no verbal.
Curiosamente, los bostezos son contagiosos, por réplica comportamental (lo que se conoce como ecoquinesia). Por ejemplo: las personas ciegas, si oyen a alguien bostezar, también se contagian y son un signo de empatía, pues solo con hablar del bostezo, las otras personas piensan en dicha acción y la realizan de igual manera.