Luego de las comidas, especialmente el almuerzo, es común que a algunas personas les dé sueño. Aunque esta situación se la atribuyen al proceso de digestión, el portal Salud 180 explica que hay una razón diferente para esto. “Denis Burdakov, investigador en la Universidad de Manchester (Inglaterra), indica que la verdadera razón del sueño que sentimos después de la comida radica en las variaciones de la glucosa en sangre consecuencia de los alimentos ingeridos”.
Según detalla el sitio web, la glucosa provoca una disminución de las orexinas, que participan en la regulación del ciclo diario del sueño y tienen un papel importante en el control del apetito.
“Nuestra energía se concentra en la digestión y otras partes del cuerpo lo resienten. El flujo sanguíneo se envía hacia los vasos sanguíneos del aparato digestivo para absorber los nutrientes y, por ende, el paso de sangre al cerebro y otros órganos disminuye”, detalla Salud 180.
Comidas que se deben evitar
De acuerdo con el portal Runtastic, existen algunos alimentos que debido a su contenido de triptófano, un aminoácido, induce al sueño. El sitio web recomienda moderar el consumo de los siguientes alimentos:
- Leche.
- Carne: cerdo, pollo, ternera.
- Pescado: atún, caballa, salmón, trucha.
- Queso: parmesano, emmental, edam, brie, camembert.
- Cereales: avena, productos con harina de espelta, de mijo o de trigo (sarraceno).
- Frutos secos: nueces, arándanos, avellanas.
¿Cómo dormir mejor?
Los expertos recomiendan dormir en las horas de la noche y evitar siestas con larga duración durante el día, debido a que luego puede ser difícil conciliar el sueño al final del día.
Para conciliar el sueño también es importante tener hábitos saludables que contribuyan a esto. Debido al trabajo, algunas personas no pueden dormir en la noche o las horas suficientes. MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, brinda algunas recomendaciones para mejorar la calidad del sueño:
- Tomar siestas y aumentar la cantidad de tiempo disponible para dormir.
- Mantener las luces prendidas en el lugar de trabajo.
- Limitar los cambios de turno para permitir que el cuerpo se ajuste.
- Consumir cafeína solo al comienzo del turno.
- Remover las fuentes de sonido y luz durante el descanso diurno (por ejemplo, usar cortinas que bloqueen la luz).
- Los expertos recomiendan comer al menos tres horas antes de dormir. Se debe evitar ir a acostarse con hambre o sintiéndose muy lleno. Para el caso de la cena, se recomienda el consumo de comidas livianas y en porciones pequeñas, debido a que la pesadez puede ser un obstáculo para conciliar el sueño.
- Se aconseja utilizar cortinas oscuras que disminuyan los rayos solares en la habitación.
- Se debe evitar, en lo posible, el uso de pantallas antes de dormir, como el celular, el computador o las tabletas.
Una postura correcta
De acuerdo con Sanitas, entidad de salud, la postura más adecuada para dormir es boca arriba, pues se mantiene la curvatura natural de la columna.
“Para sacar todo el partido posible a esta postura deberíamos dormir con una almohada que nos permita mantener la curva de nuestro cuello: ni demasiado alta como para adoptar una postura hipercifótica (con la barbilla casi tocando nuestro pecho), ni demasiado blanda como para que la cabeza no reciba apoyo”, detalla la entidad.
Otra de las posiciones saludables para tener un buen sueño es dormir de lado, en posición fetal. Esta opción es muy recomendada para las personas que sufren de dolor lumbar. Es importante que en esta postura se evite recoger una pierna y estirar otra. De acuerdo con Sanitas, se debe evitar hacer esto debido a que la cadera pierde su alineación.
Utilizar una almohada para dormir es una de las formas para mejorar el sueño. Aunque pocas personas lo hacen, genera gran comodidad. En caso de dormir boca arriba, la almohada debe ubicarse debajo de las rodillas. Y si se duerme de lado, entre las dos piernas.