El colesterol es una sustancia cerosa que se encuentra en la sangre y que el cuerpo produce, pero también provine de alimentos y, el cuerpo la necesita para formar células sanas, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
No obstante, es importante tener los niveles de colesterol en los rangos deseados, ya que tener altos niveles de colesterol puede aumentar el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca, pues es posible que se formen depósitos grasos en los vasos sanguíneos y, con el tiempo, estos depósitos crecen y hacen que sea más difícil que fluya suficiente sangre a través de las arterias, lo cual, a veces, esos depósitos pueden romperse de repente y formar un coágulo que causa un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
Ahora bien, es relevante señalar que el colesterol puede heredarse, pero por lo general, suele ser el resultado de la elección de un estilo de vida poco saludable, como, por ejemplo, tener una mala alimentación en donde se ingieran demasiadas grasas saturadas o grasas trans; el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, entre otras.
Por ello, para bajar los niveles de colesterol se pueden hacer cambios en el estilo de vida y uno de ellos, puede incluir la ingesta de ajo, pues el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde reveló que lo anterior sucede “debido a que inhibe su oxidación, reduciendo así el riesgo de sufrir aterosclerosis”.
Entre tanto, la Fundación Española de la Nutrición (FEN) señaló que el ajo es un ingrediente de sabor potente que es usado por millones de personas en la cocina y que se compone de minerales como el yodo, fósforo, potasio y vitaminas como la B6. Sus propiedades están basadas, sobre todo, en los componentes sulfurados que contiene (alicina, alil/dialil sulfidos).
Respecto al consumo, el portal señaló “para poder beneficiarse de las propiedades, la American Dietetic Association (ADA) recomienda consumir un diente de ajo fresco crudo por día”.
“El ajo debe consumirse triturado, partido, cortado o amasado, debiendo dejarlo reposar durante 10 minutos antes de utilizarlo. Esto es importante debido a que durante estos procesos se liberan y se activan los componentes sulfurados del ajo, como la alicina, la aliina y el ajoene del interior de la célula, aumentando su concentración y potenciando sus beneficios”, señaló Tua Saúde.
Sin embargo, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, es importante reducir la ingesta de ajo en personas con problemas estomacales o digestivos, ya que podría llegar a producir irritación del tracto gastrointestinal.
Además, también advirtió en su portal web que el ajo, especialmente fresco, podría aumentar el sangrado. Por ello, la biblioteca recomienda dejar de tomarlo al menos dos semanas antes de un procedimiento quirúrgico. Asimismo, los pacientes sometidos a tratamiento anticoagulante deben vigilar su consumo, puesto que puede elevar el riesgo de sangrado.
Información nutricional por 100 gramos de ajo
- Energía: 113 calorías
- Proteína: 7 g
- Carbohidratos: 23,9 g
- Grasas: 0,2 g
- Fibras: 4,3 g
- Vitamina C: 17 mg
- Magnesio: 21 mg
- Selenio: 14,2 mcg
- Calcio: 14 mg
- Potasio: 535 mg
- Fósforo: 14 mg
- Sodio: 10 mg
- Hierro: 0,8 mg
- Alicina: 225 mg
- Colina: 23,2 mg
De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.