El cáncer es una de las enfermedades más difíciles de comprender. Por ello, hoy en día los mismos oncólogos reconocen que se desconoce más sobre los tumores de lo que realmente se sabe; aunque no hay que desconocer los grandes avances que se han dado en este campo de un tiempo para acá. Sin embargo, una de los grandes misterios que no han podido resolver tiene que ver con la reincidencia del tumor, cuando se creía exterminado. “Con el tratamiento se busca que todas las células del tumor desaparezcan. Pero, eventualmente, puede haber células que bien sea quedaron en la parte quirúrgica o no se eliminaron por completo después de los tratamientos complementarios”, explica el mastólogo Sebastián Quintero. Cuando tales células logran diseminarse y llegar a otros órganos del cuerpo, se dice que el tumor hizo metástasis. En tales ocasiones “las células quedan en un estado de hibernación, en el cual pueden estar mucho tiempo quietas, sin tener ningún tipo de crecimiento y pasar desapercibidas porque el sistema inmune del cuerpo tampoco las reconoce, ni las destruye”, explica el experto.Recomendamos: La estrecha relación entre estrés y cáncerEl cáncer puede extenderse a cualquier parte del cuerpo y las posibilidades de que aparezca dependen mucho del tipo de tumor, de lo oportuno del diagnóstico y el tratamiento que se haya suministrado. “Por algún estímulo que puede ser hormonal, ambiental, nutricional, emocional o cualquier otro, esa célula que estaba en estado de hibernación nuevamente se despierta. Y con esas proteínas que tienen su potencial de invasión empiezan nuevamente a reproducirse y a crear nuevos tumores”, dice Quintero.Según informes del Instituto Nacional de Cáncer de EE.UU., los sitios más comunes a los que suele extenderse un tumor son los pulmones, el hígado y el hueso. El lugar donde se originó un cáncer está relacionado con el lugar donde se propagará, dicen los expertos de la Sociedad Americana de Cáncer. Esto quiere decir que, cuando las células cancerosas se desprenden del tumor inicial y empiezan a viajar por el torrente sanguíneo o linfático, con frecuencia se quedan atrapadas en el siguiente órgano que tocan. “Por algunas razones que todavía no son bien entendidas, algunas de estas células tienen potencial de invasión en otros tejidos o en el mismo tejido donde se originó. Por ejemplo, puede recaer en el mismo seno o puede hacer siembras de estas células malignas en otros órganos”, explica Quintero.Entender este proceso de diseminación de las células malignas es uno de los grandes desafíos que los investigadores tienen por delante. Pero cada día se hacen más avances en este aspecto. Tan solo este año ya se han publicado varios estudios muy importantes en los que los científicos han tratado de identificar por qué los tumores se diseminan. Le puede interesar: El cáncer no es una guerraUno de ellos fue el del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB), que descubrió que la clave es el proceso que ocurre en una molécula situada en la membrana celular llamada CD36, implicada en el metabolismo de los lípidos, es decir, en la absorción de los ácidos grasos por parte del organismo. Los investigadores observaron que un incremento de la presencia de CD36 en los tumores bastaba para transformar en metastásica una célula que antes no lo era. Cuando un tumor llega al estado metastásico, no se puede hablar de curación. Sin embargo, con los tratamientos disponibles hoy en día se ha logrado, en muchos casos, darle un estatus de cronicidad a la enfermedad. “Yo trato de no decirle a los pacientes la palabra curación, sino control de la enfermedad porque existen pacientes que pueden recaer de forma temprana, según la agresividad misma de la célula o algunos que pueden hacer este tipo de recaídas 15, 20 o 30 años después”, dice Quintero y recuerda que por esta razón es importante que los pacientes que hayan tenido un cáncer, asistan a controles médicos durante toda la vida.