Hoy en día es habitual consumir zumo de naranja a la hora del desayuno, tanto en hogares como en distintos restaurantes se opta por incluir este producto en la primera comida de la jornada. Lo que es desconocido para aquellos que ingieren este tipo de bebida es que el zumo de naranja aporta gran cantidad de azúcar, carbohidratos y calorías, además carece de fibra, una de las vitaminas esenciales que posee la fruta como tal.
La fama asociada a este líquido puede confundir a los consumidores, haciéndoles creer que su ingesta aporta vitaminas y minerales al momento del desayuno. Sin embargo, es importante resaltar que un vaso de zumo contiene 153 calorías, 34 gramos de carbohidratos, 27 de azúcar, 2,4 de proteínas y 0,7 de fibra, mientras que una lata de refresco contiene 136 calorías.
De acuerdo con Carlos Jaramillo, experto en medicina funcional, “el zumo de naranja no es saludable por el efecto de la fructuosa en el hígado, que produce reacciones bioquímicas inflamatorias. En concreto, el órgano empieza a producir triglicéridos y propicia la enfermedad del hígado graso”.
Por su parte, Mathilde Touvier, directora de investigación en el Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia, aseguró que “consumir zumo de naranja aumenta el riesgo de cáncer y asegura la aparición de diferentes enfermedades metabólicas”.
No obstante, existen otras alternativas más saludables que el zumo de naranja, las cuales se pueden incluir en el desayuno y aportan una nutrición más balanceada y rica en proteínas.
Zumo de tomate
Un estudio publicado por la revista Food Science and Nutrition aseguró que consumir zumo de tomate sin sal disminuye la presión arterial y el colesterol. De acuerdo con los expertos, los tomates contienen muy pocas calorías, además de ser rico en tres de las vitaminas más importantes para el organismo, como lo son las vitaminas A, C y E.
El zumo de tomate también es rico en ácido fólico, por lo que su consumo es recomendable durante el embarazo, ya que aporta gran variedad de minerales, destacando el potasio, el cual ayuda a la función nerviosa, la contracción de los músculos y a mantener un adecuado ritmo cardíaco. Incluso el estudio revela que este zumo puede prevenir la aparición de ictus en un 59 %.
Batido de avena
Dentro de las alternativas adicionales al zumo de naranja se encuentra el batido de avena, uno de los cereales con mayor carga de proteína, grasa y minerales. Este alimento aporta una gran cantidad de energía por sus polisacáridos y su alto contenido de fibra, el cual aporta altos niveles de fósforo, magnesio, hierro, manganeso y vitaminas.
Es importante tener en cuenta, que la avena forma parte de las dietas recomendadas para personas con diabetes, obesidad, síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares, oncológicas y de tracto gastrointestinal. Esto debido a que la cantidad de fibra soluble que aporta dicho alimento contribuye a disminuir los niveles de colesterol, estimula la actividad del páncreas y estabiliza los niveles de azúcar en la sangre.
Yogur con fresas
Este alimento que combina los lácteos y las frutas es más digerible que la leche, ya que la fermentación láctica de las bacterias Lactobacilus Bulgaricus y Streptococcus Thermophilus, permiten que las grasas y las proteínas enfrenten un proceso de predigestión transformándose en sustancias más sencillas.
Las fresas son una fuente de vitamina C, esta fruta contiene un porcentaje superior al de la naranja. Una ración de 150 gramos, contiene 86 miligramos de vitamina C; mientras que una naranja mediana de 225 gramos, contiene 82 miligramos de vitamina C. Adicionalmente, esta fruta contiene antocianinas, un flavoide que actúa como antioxidante y que mejora la agudeza visual.
Kiwi
Consumir el alimento entero y no exprimido siempre es mucho mejor, y si el motivo de desayunar un vaso de zumo de naranja es el aporte de vitamina C, mejor que comer naranja es desayunar un kiwi. Mientras la naranja contiene 53,2 miligramos por cada 100 gramos de fruta, el kiwi cuenta con 92,7 miligramos.
En cuanto a potasio, el kiwi es capaz de competir con el plátano, al que le acompañan el magnesio, el fósforo y el cromo. Esta fruta también actúa como remedio natural para combatir el estreñimiento, gracias a su alto contenido de fibra.