Cada fin de año es común escuchar que varias personas planteándose nuevos propósitos que esperan cumplir con la llegada de un nuevo ciclo, puesto que para muchos estas épocas traen la esperanza de un nuevo comienzo con nuevas oportunidades para mejorar en diferentes campos de la vida, como el económico, amoroso e incluso físico, ya que algunos desean bajar algunos kilos de más.
Sin embargo, en ocasiones dichos propósitos pueden quedarse solo en palabras y jamás terminan por cumplirse, dado que no siempre las cosas suceden como se esperan o incluso pueden ser cosas que requieran trabajo continuo, como la perdida de peso, que si no se sigue la dieta y la actividad física necesaria de forma rigurosa, termina por ser solo un esfuerzo en vano.
De hecho, existen algunas razones que se repiten, por las cuales no se llega a lograr el objetivo planteado y tienen qué ver precisamente con el empeño que tiene una persona, entendiendo que aunque haya motivación, si no es constante y se traduce en acciones contundentes, terminará por agotarse antes de que se puedan observar los resultados.
Las razones por las que no se cumplen los objetivos
Falta de compromiso
Uno de los principales problemas que se presentan cuando llega la hora de empezar a cumplir las metas propuestas, es la falta de disposición que tiene la persona para poder hacerlo, es decir, cuando se tiene el impulso, pero no se tiene rigurosidad a la hora de terminar las cosas por completo.
No hacer un plan de acción
Para lograr un objetivo es importante crear un plan en donde se visualicen todas las cosas que se necesitan realizar para obtener lo deseado, haciendo así un paso a paso que permita llevar un orden y no deje nada al aire.
Propósitos irreales
Hay que saber hasta donde llegan las posibilidades de lograr algo realmente, puesto que si no se evalúa el periodo de tiempo que se necesita para completar una tarea dependiendo de las capacidades de cada persona, es difícil que esto se cumpla y solo resultará en una frustración que desmotivará.
Hacerlo todo sin compañía
Tener a alguien que acompañe y motive en todo el proceso, es un factor fundamental, puesto que los seres humanos en comunidad sienten más apoyo al momento de cumplir con alguna función o tarea establecida, esto entendiendo que los seres humanos son seres sociales por naturaleza.
Agüeros para año nuevo
Lentejas para la prosperidad
Por otro lado, las lentejas son consideradas desde hace años como un símbolo de prosperidad en países como Italia.
Por eso, son utilizadas en un ritual para la prosperidad para atraer el dinero en el año que está por llegar. “Esta antigua tradición romana dice que comer un plato de lentejas a la hora de despedir el año atraerá la buena suerte. Pero, hay más. Las lentejas de la suerte se comen después de las campanadas, dado que es difícil llevar el ritmo mientras suenan las campanas tal y como hacemos con las uvas”, detalla el portal web Mundo Deportivo.
Otro de los rituales relacionados con la lenteja es guardar un pequeño puñado de este alimento en los bolsillos, antes de que suenen las campanas del año nuevo.
Vestir ropa de color amarillo
Uno de los rituales más populares es vestir un interior de color amarillo. Según la creencia popular, este agüero tiene como propósito atraer la abundancia y la prosperidad para el año que se acerca. Hay quienes también recurren a otro tipo de prendas de vestir como blusas y camisetas.
Comer doce uvas
Las uvas son un tipo de alimento asociado con la fortuna y la prosperidad. Uno de los rituales populares para el 31 de diciembre es comer 12 uvas mientras suenan las campanadas del nuevo año. Algunos piden un deseo mientras la comen, uno por cada mes del año que inicia.