La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias. Esta incluye dos mediciones: la sistólica, que se registra durante el latido del corazón (momento de presión máxima), y la diastólica, que se toma durante el descanso entre dos latidos, precisa el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.
Por lo general, el número sistólico se coloca antes o por encima de la cifra diastólica. Por ejemplo, 120/80 significa una presión sistólica de 120 y una diastólica de 80, milímetros de mercurio (mmHg), explica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Cuando algunas de estas mediciones se eleva, se indica que se puede estar presentando hipertensión, una enfermedad que normalmente no registra síntomas y que en ocasiones las personas pueden tenerla sin que lo sepan. Por esta razón es importante realizarse controles de manera frecuente para validar la condición de la presión sanguínea.
Los efectos en el cerebro
Esta es una afección de salud a la que se le debe prestar atención, pues su avance puede ocasionar complicaciones en diferentes partes del organismo y una de ellas es nada más y nada menos que el cerebro.
Los expertos aseguran que este órgano depende de un suministro sanguíneo nutritivo para funcionar correctamente y, por ello, la hipertensión arterial que con el tiempo endurece estos conductos dificultando el tránsito de la sangre, puede afectarlo de las siguientes maneras, según el instituto de investigación Mayo Clinic.
- Accidente isquémico transitorio. A esto también se le llama miniaccidente cerebrovascular. Un accidente isquémico transitorio se produce cuando el suministro de sangre a una parte del cerebro se obstruye durante un breve período. Las arterias endurecidas o los coágulos sanguíneos causados por la presión arterial alta pueden ocasionar esta situación. Un accidente isquémico transitorio es, por lo general, una advertencia de que se corre el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
- Accidente cerebrovascular. Este ocurre cuando una parte del cerebro no recibe suficiente oxígeno ni nutrientes. También es posible que se presente cuando hay un sangrado dentro o alrededor del cerebro. Estos problemas causan la muerte de las neuronas cerebrales. Los vasos sanguíneos dañados por la presión arterial alta pueden estrecharse, romperse o tener fugas.
- Demencia. El estrechamiento o la obstrucción de las arterias puede limitar el flujo sanguíneo al cerebro. Esto en ocasiones deriva en un cierto tipo de demencia, llamada vascular. Un solo accidente cerebrovascular o múltiples accidentes cerebrovasculares pequeños que interrumpen el flujo sanguíneo hacia el cerebro también es probable que causen este tipo de demencia.
- Deterioro cognitivo leve. Esta afección implica tener más problemas de memoria, lenguaje o pensamiento que otros adultos, a la misma edad. Sin embargo, los especialistas indican que estos cambios no son tan importantes como para afectar la vida diaria, como ocurre con la demencia. La presión arterial alta puede llevar a un deterioro cognitivo leve.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), indica que la hipertensión se puede adoptando algunas acciones, entre las que se destacan la disminución del consumo de sal, una dieta rica en frutas y verduras, el ejercicio físico y el mantenimiento de un peso corporal saludable.