Nathalie Gómez y Andrés Molina nunca imaginaron que una publicación en redes sociales en donde celebraban que nunca serían padres los iba a volver famosos en todo el mundo. El pasado 29 de enero, luego de que Molina se realizara una vasectomía en Profamilia, decidieron subir el registro del momento con el siguiente mensaje: “Queremos compartir con ustedes una alegría, NUNCA SEREMOS PAPÁS, aceptamos una vida en la que eternamente nos compraremos los juguetes para nosotros, podremos viajar sin limitaciones, caminar desnudos por la casa y más”, escribieron. Al mensaje, añadieron que la razón principal no era dedicarse por completo a cumplir sus proyectos de vida sino contribuir con la conservación del planeta que está tan sobrepoblado.  “No vamos a traer un humano más a contaminar”, concluyeron. Para su sorpresa, la imagen se volvió viral en cuestión de horas, y hasta este 11 de febrero, tiene más de 57 mil compartidos, 3.700 comentarios y 128 mil me gusta. La publicación desató tanta controversia dentro de los internautas que al cabo de unas semanas diarios de todo el mundo, entre ellos Inglaterra, Argentina y Chile, los habían entrevistado. “No esperábamos que tuviera ese impacto, pues dentro de nuestro grupos de amigos ya conocíamos al menos tres parejas que habían hecho lo mismo. Sin embargo, me alegra que haya pasado porque generó un fuerte debate en todo el mundo sobre por qué convertirse en padre debe ser una decisión responsable”, explica Gómez a SEMANA. Lea también: ¿Cuál es la mejor edad para tener hijos?  Al mirar los comentarios queda en evidenciaque las opiniones están divididas. Mientras que algunos los critican por la necesidad de hacer pública una decisión tan íntima, otros no los bajan de egoístas, y muchos más aseguran que se arrepentirán en un futuro.  “¿Cómo se les ocurre? Qué sería de ustedes si sus papás hubiera hecho lo mismo. Un hijo nunca es un error, es una bendición. Nunca van a ser felices. Egoístas”, escriben algunos de los usuarios que están en contra de la desición. Pero según contó Gómez, no fue tomada a la ligera. “Lo habíamos pensado hace mucho tiempo. Y finalmente llegamos a la conclusión de que sino se nos despertó el instinto en todos estos años no iba a suceder nunca”. En otra orilla están los que apoyan la filosofía de los paisas. Según la mayoría, es la decisión más coherente con el mundo, pues no sólo habrá menos humanos contaminando, sino que los potenciales padres se ahorrarán el dolor de cabeza de tener que criar a un hijo en las difíciles condiciones que atravieza la humanidad: pobreza, polarización y mala educación. Gómez y Molina llevan más de cuatro años juntos. Él es tatuador y ella enseña español como segunda lengua. Juntos, además, llevan un estilo de vida que no se ajustaría para nada con el hecho de traer un hijo al mundo. Pasan más de cinco meses al año viajando y a esto se suma que desde hace un buen tiempo empezaron a ser conscientes del impacto negativo que genera la vida humana en el planeta. “Soy sensible a todas esas cosas. Y leyendo encontré varios estudios que decían que ni siquiera una vida entera de reciclaje podría compensar el hecho de tener un hijo”, explica.    Le podría interesar: Por qué mi hija de 15 años quiere que le extirpen el útero  Pero en caso de tenerlo, Gómez se pregunta: ¿Qué tipo de vida le podría dar? “Ya nos ha tocado presenciar un montón de cosas. Animales que se han extinto, que nunca conoceremos, la contaminación del aire en Medellín la vivimos fuerte, los problemas de salud con las carnes, adaptarse a todo eso no es ni será fácil”. Aunque ninguna de las dos posiciones (a favor o en contra) tiene la verdad revelada, lo cierto es que el caso de estos dos paisas es mucho más común de lo que se cree. Según “el termómetro de la familia”, realizado anualmente por la Universidad de la Sabana, el 59 por ciento de los colombianos no quiere tener hijos, y en caso de que ya lo tenga no quieren tener más. El resultado, explican los expertos, está relacionado principalmente con las condiciones socioeconómicas, calificadas por los encuestados como deficientes (17 por ciento), insuficientes (44 por ciento) y aceptables (34 por ciento). Esta respuesta se replica en todo el mundo. En Europa, por ejemplo, un estudio publicado en 2017 por el Instituto Demográfico de Austria, afirma que existe una gran posibilidad de que la falta de hijos llegue a su punto máximo en los próximos años. Y una de las razones cruciales en países como España, dicen los expertos, serían las políticas públicas actuales que estarían obligando a los millennials a elegir entre tener un trabajo o un hijo. Para nadie es un secreto que pagar un arriendo, comida y gastos mensuales es un desafío muy grande para las nuevas generaciones que son una de las peores pagas. En este contexto, ¿cómo sería posible mantener a un niño? En contexto: 10 cosas que no sabía antes de ser mamá   Aunque el dinero y la situación social son factores importantes, lo cierto es que detrás de esta tendencia que crece hay mucho más. Camila Orozco, otra joven colombiana de 25 años que tiene muy claro que no quiere tener hijos, aseguró a SEMANA que su decisión también tiene que ver con su proyecto de vida. “Me proyecto como una empresaria, quiero vivir haciendo negocios y tener un hijo no me lo permitiría. He conocido casos en que los padres tienen a sus hijos como reyes pero no pueden compartir con ellos por trabajo y eso no me gustaría”, dice. Desde su perspectiva, sólo es posible hacer bien una de las dos cosas, por lo que sin dudarlo prefiere convertirse en una gran empresaria que ser madre. “Suena egoísta pero no me veo aplazando mis sueños por alguien que no sea mi pareja”. La mente abierta con la que han crecido las nuevas generaciones también tendría mucho que ver con esta filosofía de vida. Aunque en un pasado el propósito de cualquier ser humano era formar una familia numerosa, garantizar la descendencia del apellido y llegar a viejo acompañado; hoy, gracias a los cambios sociales, los jóvenes creen que hay más de una forma de tener una familia, y muchas de estas no incluyen necesariamente un hijo. A esto se suma, que tanto hombres como mujeres, tienen más posibilidades de decidir sobre sus cuerpos en la actualidad. “La mayoría nos dice que estamos muy jóvenes, que no sabemos lo que estamos haciendo, pero quiero decirle a todo el mundo que Andrés y yo tenemos un fondo de ahorro para pagarnos un ancianato en la vejez. Somos perfectamente conscientes de lo que estamos haciendo”, reitera Gómez. Aunque la reciente controversia ha puesto a la pareja de colombianos como el rostro visible de esta filosofía,  en realidad la tendencia no es nueva. En el mundo ya existen movimientos sociales que priorizan el hecho de no tener hijos por razones ambientales o simplemente porque nunca tuvieron ese deseo. El más visible es la de los ‘ginks’ (Green Inclinations, No Kids) una subcultura que reúne a personas entre los 18 y 43 años bajo el pensamiento de que la paternidad no es sustentable para el planeta.  Lea también: ¿Por qué decidí esterilizarme a los 23 años?  Si bien hoy no es mal visto que una pareja no tenga hijos, la polémica demuestra que sigue existiendo un tabú.  Según cuentan los entrevistados no sólo han sentido presión en su entorno social, sino incluso con sus propios médicos. “La primera vez que fuimos al doctor a averiguar sobre la vasectomía nos dijo que no, que no estaba de acuerdo, que deberíamos tener al menos un hijo”, cuenta Gómez. Y agrega que como ya vive desde hace tres años con su pareja, la pregunta de sus familiares y amigos casados siempre es la misma: “¿Para cuando los niños? ¿Cuándo se van a casar?. Sin embargo lo que más le ha impactado a la pareja es reconocer que tanta gente piense como ellos. “Me encantaría saber cuánto aumentan las vasectomías en los siguientes meses, pues tengo mensajes en mi inbox de personas de todo el mundo. Estados Unidos, Costa Rica, Nicaragua, España, entre otros”.