“En 10 años se podría perder el 50% de los elefantes restantes en África”. Así lo revela el director de Elefantes sin Fronteras, Mike Chase, a través del último Gran Censo de esta especie. La noticia conmovió al Congreso Mundial de la Naturaleza que se realiza por estos días en Hawái y ha sido una noticia en casi todos los medios del planeta.El censo es producto de uno de los más impresionantes estudios que se ha hecho del mundo animal. Un grupo de científicos trabajaron en este los últimos tres años, costó más de 7 millones de dólares y contó con la financiación y el acompañamiento de Microsoft. Los resultados son desconsoladores: el planeta ha perdido a 352,271 de estos ejemplares en los últimos años.Las zonas donde más se está presentando el declive en la población de esta especie es en el centro y sur este africano, en especial en Tanzania y Mozambique. Allí, según, el estudio, han perdido la vida 73,000 elefantes debido a la caza furtiva en los últimos cinco años.Le recomendamos: El Oso panda, de amenazado a vulnerableSin embargo, en el occidente africano la situación no es menos alentadora. Por ejemplo, en Camerún tan solo quedan no más de 148 elefantes; una pequeña población que se encuentra en inminente peligro de extinción. En contraste con esto, Sudáfrica, Uganda, parte de Malawi y Kenia conservan gran parte de la población de elefantes que recorren sus sabanas. Botsuana y Zimbabue son los países con mayor población de elefantes, pueden existir allí 130,000 y 83,000 respectivamente.Por el otro lado, existen países africanos que han retrocedido en cifras. Angola, por ejemplo, que en décadas de la guerra civil (1975-2002) fue el refugio de miles de elefantes, ahora presenta una de las mayores tasas de caza furtiva en el continente aportando el 22% de los elefantes muertos.“La crisis de la caza se ha trasladado a África oriental y central y ahora está en la puerta del sur africano. Basta tan solo con mirar al suroeste de Zambia y al suroriente de Angola, que tienen los peores rangos de caza en todo el continente. Y cuando los elefantes son removidos de esos sistemas, los cazadores dirigen su Mirada al baluarte de Botsuana”, le dijo Chase a la revista National Geographic.La tragedia del marfilSegún es revista científica, por más de un siglo, el tráfico de marfil, producto que se obtiene de los colmillos de estos animales, ha sido la principal razón de su caza despiadada. Las primeras medidas que se tomaron para enfrentar este tráfico fue la restricción, en 1989, a la comercialización de este producto. Sin embargo, en 1999 y 2008 a algunos países africanos se les permitió la venta del marfil que tenían en sus reservas cuya demanda principal provenía de Asia.Tal vez le interese: Los osos negros podrían estar resurgiendo en EE. UU.Actualmente, países como Zimbabwe y Namibia han presentado propuestas en pro de la legalización y regulación de la comercialización del marfil. Sin embargo, 26 países africanos junto con varias ONGs han pedido detener toda comercialización tanto del animal como de sus productos derivados.África tiene en sus manos la conservación de esa especie. Sin embargo, los múltiples problemas sociales y de seguridad que enfrente el continente más pobre del mundo, afectan el futuro de estos gigantes.