Los perros en ocasiones se convierten en miembros de la familia, más allá de solo mascotas, y en esa confianza depositada, en conjunto con creencias tradicionales, en algunas ocasiones se ha expresado que los perros tienen ese sentido de más que indica cuándo una persona que llega a la casa es “inofensiva” o, por el contrario, no tendría buenas intenciones.
Sin embargo, dejando a un lado las creencias sociales tradicionales, los expertos han evidenciado que estos animales, al igual que los humanos, tienden a tener un juicio propio sobre las personas que conocen; en ese sentido, cuando deciden ladrar o no a alguien, puede ser porque, sencillamente, no es de su agrado, entre otras razones.
Para iniciar, el ladrido de un perro es su principal lenguaje, por lo que estos ladran cada vez que quieren comunicar algo a sus dueños. “Cuando un perro ladra puede expresar que se siente feliz, curioso o hambriento, entre muchas cosas. Al buscar signos en su estado de ánimo y entorno, podrás entender lo que te quiere decir, ya que es su manera de comunicarse contigo”, explica el portal especializado Purina.
Agregando que: “A menudo (y la mayoría de las veces) ladran para llamar la atención y es su forma de comunicación. También ladran cuando quieren advertir a sus dueños de la presencia de un intruso. O cuando se sienten amenazados. Si la advertencia verbal no sirve de nada, el siguiente paso puede ser usar los dientes”, indicando algunas de las razones por las que los peludos tienden a ladrar.
Entre tanto, cuando esta acción se repite hacia un individuo en particular, o incluso a diferentes desconocidos, según los expertos, esto se podría deber a un juicio propio de la mascota que indica que no le agrada la persona, o quizá podría ser en señal territorial.
“A los perros les ocurre lo mismo que a las personas. Hay gente que te cae mejor y otra que te cae peor. Pues a ellos igual. A los perros hay personas que no les resultan simpáticas, por así decirlo... Los perros tienden a ser muy territoriales y muchas veces simplemente ladran a personas que no conocen, sobre todo cuando invaden su espacio de seguridad, por así llamarlo”, afirmó Felipe Vázquez Montoto, veterinario español, en entrevista con el portal especializado Wamiz.
En ese camino, el experto afirmó que este tipo de comportamientos puede ser detonado en una mascota por diferentes razones. Al parecer, el canino puede detectar el olor del desconocido o su forma de expresarse gestualmente y no agradarle del todo, por lo que, para alejar a esa persona de su espacio, entonces le ladra.
¿Los perros aprenden a controlar impulsos?
Los perros regulan su comportamiento de manera similar a los humanos, más concretamente a los niños pequeños, según lo reveló una nueva investigación de la Universidad La Trobe.
El estudio, recientemente publicado en Animal Cognition, identificó en total seis marcadores clave de la función ejecutiva en perros, muchos de los cuales se superponen con las estructuras asociadas con la cognición humana, incluida la capacidad de seguir instrucciones, controlar los impulsos físicos y utilizar la memoria de trabajo.
La investigadora principal y candidata a doctorado en la Universidad La Trobe, Maike Foraita, dijo que a pesar de expresarlo de diferentes maneras, los perros regulan su comportamiento de manera similar a los niños pequeños.
“Un perro mascota aprende a controlar sus impulsos en forma muy parecida a como lo hace un niño; inhibe su impulso de morder los muebles o ladrar a los visitantes, puede recordar rutinas y hacer lo que dice su dueño”, dijo Foraita en un comunicado.
“Los humanos también hacemos esto: exhibimos inhibición de retraso e inhibición motora cuando esperamos que nos entreguen un pedazo de pastel, en lugar de coger todo el pastel con nuestras manos”.
Foraita dijo que es probable que los perros hayan desarrollado estas estructuras cognitivas similares a las humanas durante decenas de miles de años viviendo en entornos domésticos.
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