María siempre guarda las llaves en un tarro en uno de los gabinetes de su alacena, al lado del café, el arroz y la harina. Cierto día, muy reciente, no las encontró en el puesto de siempre y tuvo que prácticamente levantar su casa para buscarlas. Después de una búsqueda exhaustiva las encontró enterradas en el recipiente donde almacena el café. Pero lo curioso es que en lugar de alegrarse por el hallazgo quedó perpleja ante lo que había hecho. “A qué horas metí las llaves ahí”, se preguntaba una y otra vez tratando de no sentirse como una persona demente.Consulte: El método para mejorar la memoria que no requiere ningún esfuerzoAlgo parecido le pareció a Carlos quien en medio de una reunión que él mismo había convocado salió por un vaso de agua. Nunca regresó. Pasaron los minutos y los demás asistentes consideraron que ya había pasado un tiempo suficientemente largo como para que volviera. Ante eso lo fueron a buscar. Carlos estaba en su puesto. Había olvidado por completo que había salido de la reunión solo pro un vaso de agua.Rosario acababa de recibir una tarjeta de crédito con un bono por un millón y medio de pesos que usaría para comprar un computador. Cuando fue a pagarlo, sin embargo, buscó en todos los bolsillos de su billetera y no la encontró. Llamó a sus familiares, fue a los lugares donde había estado en las últimas horas, y nada. La tarjeta se había esfumado. Se dirigió a la sección de objetos perdidos del almacén de electrodomésticos donde estaba, y el dependiente le dijo “busque aquí” mientras le alcanzaba una caja con cientos de tarjetas de crédito de otros que como ella habían cometido un olvido similar. Ahí no estaba la suya. Eso no habría sido un problema si no fuera porque dos días antes había ido a una cita médica que tenía programada para la siguiente semana. “qué me está pasando”, se preguntaba Rosario extrañada por sus olvidos constantes.Puede leer: Cómo mejorar la memoria según un genio de la memorizaciónEstos tres personajes no están solos. Muchos a diario hacen cosas inconscientes como olvidar para qué entraron a una habitación o dónde dejaron las llaves o incluso poner en un lugar equivocado un objeto, como le sucedió a una madre cuando puso el pañal desechable de su hijo en la nevera en lugar de depositarlo en la basura. La mayoría piensa que perdieron la memoria y tienen síntomas de alzhéimer o sufren de alguna condición mental. Pero muchos de estos casos son olvidos son benignos y no tienen que ver con problemas de memoria sino con dificultades de atención.Esta situación es muy frecuente en personas con cargos de gran responsabilidad o amas de casa que además trabajan y por lo tanto deben lidiar no solo con la crianza de sus hijos sino con cumplirles a sus jefes a tiempo. Desde hace tiempo la ciencia ha establecido una relación entre estrés y la falta de memoria y en la mayoría de los casos mencionados hay algo de eso. Un estudiante que tiene ansiedad es posible que olvide la respuesta correcta en un examen. Lo mismo sucede en los negocios cuando un gerente está bajo una gran presión. “Las personas que tiene vida laboralmente activa son los que más olvidan”, dice el medico geriatra Carlos Cano.“Dónde dejamos las llaves, no cumplir una cita, pagar una factura, todas estas situaciones pueden ocurrirnos a cualquier edad y estos olvidos que todos tenemos no son signos de una enfermedad“, dice el experto. Para que lo sean estos olvidos deben ser persistentes e incrementarse en el tiempo. “Los olvidos que deben ser vistos como un signo de alarma y consulta son aquellos que alteran el funcionamiento social y laboral”, añade. Algunos de estos problemas se incrementan con la edad porque el cerebro, como todos los demás órganos, envejece. Pero para que sean motivo de preocupación deben ser extremos y persistentes.Según los científicos de la Universidad de Harvard, estas son cinco situaciones de fallas de la memoria que son normales.1. La transitoriedadEs la tendencia a olvidar hechos o eventos con el tiempo. Esto sucede porque la memoria tiende a perderse si no se usa. Los recuerdos que son desengavetados y usados con frecuencia son menos probables de que queden en el olvido. Aunque la transitoriedad puede parecer como un signo de que su capacidad de recordar se ha debilitado, los neurólogos dicen que tiene funciones benéficas porque deja espacio para hacer nuevos recuerdos que sí se necesitan.2. La distracciónEste tipo de olvido ocurre cuando no pone suficiente atención a las cosas. Olvidó dónde puso las llaves porque no se enfocó en el momento en que lo estaba haciendo. Probablemente estaba pensado en otra cosa o, como sucede casi siempre, nada en particular. Es decir, es posible que suceda no solo cuando tiene una gran negociación frente a sí mismo, sino cuando esté totalmente relajado. En estos situaciones, el cerebro no codifica la información de manera segura como para que usted lo recuerde después. En esta categoría también está olvidar hacer algo a la hora indicada, como tomar una medicina o acudir a una cita.3. El bloqueoEl ejemplo más común de este tipo de olvido es cuando una persona siente que tiene la palabra en la punta de la lengua pero por alguna razón insospechada no es capaz de recordarla. Sabe la respuesta pero no puede visualizar el nombre o lo que quiere decir. Es un olvido temporal porque es muy probable que minutos después, cuando ya no esté tratando de recuperar el dato, este se presente en su mente como por arte de magia. Este tipo de bloqueos se torna más común con la edad y por eso los viejos tienden a olvidar con más facilidad los nombres de las personas. Esta barrera es similar a la que sucede cuando trata de encontrar la palabra pero solo sale una equivocada. Es un problema muy invasivo pero con calma la gente puede recuperar la información sin problema.4. Errores de atribuciónOcurre cuando recuerda un evento pero solo en parte, es decir, confunde ciertos detalles como el lugar, la hora o las personas que estaban en ese hecho. Otro ejemplo es cuando cree que un pensamiento es totalmente original pero en realidad viene de algo que había leído o escuchado anteriormente y que luego había olvidado. Este tipo de omisiones pueden estar involucrado en casos de plagios no intencionales. También ocurre más a medida que la persona envejece porque la gente con la edad va registrando menos habilidad de concentración y procesamiento de información de manera rápida.5. El sesgoAun la memoria más prodigiosa no codifica un evento de manera exacta. Esto se debe a que las creencias, conocimientos y experiencias inciden en lo que cada quien memoriza o no. Incluso el estado de ánimo influye en cómo se guarda la foto de un determinado momento. De esta forma, cuando usted saca un recuerdo de la mente, esos aspectos afectarán lo que recuerde.Todos tenemos olvidos pero no todos son enfermedad. Cano aconseja asesorarnos de amigos y familiares para que nos digan si han notado eso también o si es una percepción errada. Por ejemplo aquellos con depresión sienten que tienen más olvidos de lo habitual pero es debido que es este trastorno del afecto y no a la memoria. Otro consejo para mejorar la memoria es educarse puesto que a mayor nivel académico mejor funcionará esta parte del cerebro. Estar activos intelectualmente también ayuda. “Estar preocupados por lo que ocurre, resolver problemas, participar en eventos de la iglesia o la parroquia, estar con vecinos, y hacer ejercicio físico”. Esa es la principal vacuna, dice Cano.