El rostro y el cuello son unas de las zonas del cuerpo que más evidencia los signos del envejecimiento. Las famosas líneas de expresión, arrugas, flacidez y párpados caídos comienzan a aparecer a medida que pasa el tiempo. Estos cambios suceden porque la piel pierde sus propiedades y disminuye la producción de proteínas que contribuyen a que mantenga una apariencia joven.
De acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la investigación y la educación, “las arrugas son líneas y pliegues que se forman en la piel. Algunas arrugas se pueden volver grietas o surcos profundos y pueden ser particularmente notorias alrededor de los ojos, la boca y en el cuello”.
Para lucir una piel joven es importante tener cuidados diarios, en especial, protegerla de los contaminantes del medio ambiente. Los rayos solares son unos de los elementos que más daño causa en la piel. “Muchos cambios cutáneos, como el cáncer de piel, las arrugas, y las manchas por la edad, son causadas por la exposición al sol. Estos son porque el daño que causa el sol es permanente”, señala Medline Plus, web de Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
La papada es una de las partes del cuerpo que puede incomodar o frustrar a muchas personas. Aunque su aparición se suele relacionar con el sobrepeso, no necesariamente se debe a esto. Hay algunas personas delgadas que tienen papada y se debe a otros factores. Según explica Sanitas, entidad de salud, “la genética y la piel sobrante en esa zona también pueden provocar su aparición. Con la edad, la piel del cuello se acaba descolgando y también causa esta capa de grasa”.
Sin embargo, aunque el peso no es un factor directo de la aparición de la papada, hay algunos hábitos poco saludables que pueden ser causantes como el tabaquismo, el cual daña el colágeno y elastina que produce el organismo, y la alta exposición a los rayos UV.
Sobre esa misma línea, el factor genético es importante. Cuando las personas adelgazan, a veces la piel no vuelve a su estado normal y esto puede significar que se deba a la genética. “En caso de que la genética sea la nota predominante, la papada puede brotar desde una edad temprana hasta la segunda década de vida. Como consecuencia a este factor, no existe un predominio claro de su manifestación en un determinado género sobre el otro”, detallan los Centros de Belleza Hedonay.
La alimentación también puede influir. Los Centros de Belleza Hedonay señalan que en las personas que tienen una dieta rica en grasas y altamente calórica es más frecuente la manifestación de la papada. Aunque algunos consideran que bajar de peso es una alternativa, la piel puede perder su elasticidad y quedar descolgada.
Sobre esa misma línea, para prevenir la aparición de la papada es importante tener una dieta balanceada, especialmente disminuyendo el consumo de alcohol, azúcar y sal, debido a que aumentan el tejido graso y provocan retención de líquidos. La clínica Menorca destaca la buena hidratación. Señala que “un organismo deshidratado es más propenso a retener líquidos y toxinas, y eso se refleja en nuestro rostro y cuerpo”.
Alimentos que ayudan a reducir la papada
Plátanos:
Al ser una rica fuente de potasio, los plátanos son ideales para evitar la retención de líquidos, una de las causas por las que se forma la papada.
Café:
Este alimento, el cual es indispensable en el comienzo del día de muchas personas, tiene varias características estimulantes, ya que es uno de los productos indicados para deshacerse de los líquidos de más en el cuerpo.
Apio:
Según informa la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., el apio es un vegetal que tiene 92 % de agua y muy pocas calorías. Gracias a que es muy rico en fibra, es un arma eficaz contra la constipación y es un alimento con amplias propiedades diuréticas.