Muchos estudios demuestran que después de tres meses de uso regular, un cepillo de dientes se desgasta y pierde eficacia para eliminar la placa de los dientes y encías en comparación a un cepillo nuevo.

Esto sucede principalmente porque las cerdas pierden resistencia y efectividad para llegar a las áreas difíciles. Esto incrementa el riesgo de sufrir caries o enfermedades periodontales.

De igual forma, es importante cambiar el cepillo de dientes después de un resfriado, infección bucal o garganta. Lo anterior, debido a que los gérmenes pueden esconderse en las cerdas del cepillo y reactivar la infección.

El adecuado cepillado de dientes es una de las medidas más importantes para el cuidado de la cavidad bucal. | Foto: Getty Images

Razones por las que se debe cambiar el cepillo de dientes

El adecuado cepillado de dientes es una de las medidas más importantes para el cuidado de la cavidad bucal, pues tener un instrumento para dicha actividad en condiciones óptimas es fundamental en el desarrollo adecuado de la actividad.

Ya sea un cepillo manual o electrónico, lo ideal es cambiarlo cada tres meses. Ya que después de 90 pierden resistencia y efectividad para remover la placa bacteriana.

Adicionalmente, existen otras razones por las que se debe cambiar el cepillo de dientes antes del tiempo estimado. A continuación, se mencionan algunas de ellas:

Cerdas dobladas o dañadas

El uso regular del cepillo dobla y debilita las cerdas y así el instrumento se deforma y pierde su eficacia a la hora de remover la placa bacteriana de dientes y encías.

Aún si se practica una técnica de higiene bucal adecuada, si el cepillo no se encuentra en óptimas condiciones, la higiene no será eficaz y al no eliminar las bacterias de forma correcta, aumenta el riego de sufrir enfermedades de la boca, como caries y gingivitis.

Cepillarse los dientes | Foto: Cepillarse los dientes

Por esta razón, se deben observar los filamentos del cepillo; si estos están abiertos o hacia afuera, es momento para cambiarlo, aún si no han pasado tres meses, esto mejorará la salud oral de cada persona.

Las cerdas de un cepillo dental deben ser rectas, suaves y firmes. El mango debe estar limpio y ser fácil de agarrar. Así las cosas, será posible alcanzar todos los sitios de la boca para eliminar gérmenes y restos de alimentos con eficacia.

Paso del tiempo

En muchas ocasiones, las cerdas del cepillo dental no muestran signos evidentes de desgaste a pesar de los meses de uso. Aunque el deterioro no sea perceptible, con el paso del tiempo el cepillo acumula gérmenes y bacterias que no son visibles fácilmente al ojo humano.

Día a día, durante el proceso de higiene bucal, diferentes microorganismos y residuos microscópicos se acumulan en el cepillo y aunque este deterioro no sea notorio, influye de manera negativa en la eficacia de la limpieza.

Expertos aconsejan que los cepillos se deben guardar en lugares abiertos, lejos de fuentes de calor y sin tener contacto con cepillos de otras personas. Foto: Gettyimages. | Foto: Gettyimages

Exceso de humedad

Cuando las cerdas del cepillo permanecen mojadas por mucho tiempo, la proliferación de gérmenes sobre ellas es más fácil. Es ideal, lavar y sacudir el cepillo posteriormente al uso y colocarlo en posición vertical para que este se seque y se ventile, evitando su contaminación.

La ventilación y la humedad del cuarto de baño inciden mucho en el estado de los filamentos del cepillo. Si no es posible mantener este accesorio de higiene seco, es aconsejable cambiar el elemento de forma más frecuente.

Otra de las razones, obedece a que el cepillo esté guardado durante un tiempo prolongado. Para ello, es importante colocar protectores plásticos con el fin de protegerlos y evitar el contacto de las cerdas con otros objetos.

Sin embargo, el almacenamiento prolongado y la falta de secado favorece la proliferación de bacterias. Por ello, luego de un viaje largo, lo ideal es comprar un cepillo nuevo y así, evitar infecciones bucales.