El temblor que ocurrió el jueves 17 de agosto en Colombia y las réplicas que le siguieron causaron sorpresa y preocupación entre los ciudadanos de varias regiones del país.

Según la información proporcionada por el Servicio Geológico de Colombia (SGC), el temblor inicial tuvo una magnitud de 6.1 en la escala de Richter, y aproximadamente 15 minutos después se registró una réplica con una magnitud de 5.6. Las áreas más afectadas por estos movimientos sísmicos fueron Meta, Cundinamarca, Boyacá, Quindío, Cauca, Putumayo y Santander.

Enfrentar la actividad sísmica en Colombia es un desafío que requiere una combinación de preparación y mitigación. | Foto: Getty Images

De acuerdo con los expertos, es normal que después de este tipo de fenómenos naturales se presenten las siguientes afecciones:

  1. Sensación de movimiento del suelo, pese a que este no es real.
  1. Percepción de que su cuerpo se mueve de manera involuntaria.
  1. En algunos casos, deseos de vomitar, cabeza pesada y vértigo.

El efecto del temblor, aunque breve, puede resultar incómodo y molesto para quienes lo experimentan, e incluso puede prolongarse en poblaciones que tienden a sufrir de ansiedad. Según el centro especializado en terapia de balance y compensación del sistema nervioso, ‘Balance Estibular Rehab’, “las personas que experimentan niveles de ansiedad diarios y estrés posterior al temblor son más propensas a experimentar síntomas más intensos de mareos”.

Esto se debe a que un movimiento sísmico representa una situación de amenaza intensa, lo que activa una respuesta de alerta en el cuerpo. Por lo tanto, las personas más sensibles son las que pueden experimentar las consecuencias físicas del temblor de manera más pronunciada.

¿Por qué ocurre este malestar en dichas situaciones?

De acuerdo con la revista de divulgación científica de la Universidad de San Luis Potosí en México, el síndrome de mareos post temblor se produce en el sistema vestibular, que se encuentra en el oído interno y es responsable del equilibrio corporal.

Cuando ocurre un temblor puede dar dolor de cabeza o producir vértigo. Getty Images. | Foto: Getty Images.

La exposición al movimiento sísmico puede desequilibrar el oído interno, lo que resulta en una discrepancia en la información enviada por ambos oídos. Esta discrepancia es lo que causa la sensación de mareo y vértigo, según afirma la revista.

¿Qué puede hacer para mantener reducir la sensación de mareo?

Lo habitual es que el síndrome de mareos post temblor dure solo unos minutos. Sin embargo, para evitar que esta sensación incómoda se prolongue, se recomienda fijar la vista en un punto específico mientras ocurre el temblor y respirar de manera lenta y profunda. Una vez que ha pasado el temblor, recostarse y permanecer inmóvil durante unos minutos puede ayudar a calmar la sensación de mareo. Según Mayo Clinic, “la quietud permitirá que su cuerpo recupere la sensación de estabilidad, por lo que también se recomienda evitar mover los ojos”.

Respuesta cerebral

La sensación de mareo después de un sismo está estrechamente relacionada con la interpretación cerebral, ya que el oído, que es el órgano encargado de transmitir las señales de movimiento y equilibrio, se ve afectado durante este proceso.

Esto ocurre porque el cerebro trabaja en conjunto con las sensaciones del cuerpo. Sin embargo, cuando no hay coordinación visual debido a la falta de movimiento percibido por los ojos, el cerebro envía señales incorrectas al cuerpo en general, afectando principalmente el equilibrio.

Tener mareo y sentir desequilibrio es un síntoma normal después de ocurrir un temblor. | Foto: GettyImages

Aunque estos síntomas suelen ser de corta duración, se pueden manejar para evitar molestias prolongadas. Fijar la mirada en un punto fijo durante el temblor y practicar una respiración lenta y profunda son estrategias que pueden ayudar a mitigar estas sensaciones.

¿Qué recomiendan los expertos si se presenta estrés postraumático?

Según el investigador Benjamín Rodríguez, de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de México, “es común experimentar algunos de estos síntomas después de un sismo, y pueden durar hasta 3 meses”. Sin embargo, con el tiempo, estos síntomas irán desapareciendo gradualmente sin necesidad de medicamentos ni intervenciones. Rodríguez también mencionó que recibir atención de un psicólogo puede ayudar a que todo vuelva a la normalidad.