Los azúcares que se ingieren con los alimentos son transformados por el metabolismo en glucosa, que es una sustancia que se desplaza por medio del torrente sanguíneo hasta alcanzar las células de diferentes tipos de tejido, proporcionando la energía que necesitan para funcionar. De hecho, el cuerpo requiere de energía para el desarrollo del tejido muscular, que es el que permite el movimiento articular.

Según el portal web Sanitas, cuando el cuerpo realiza el proceso de digestión de los alimentos, los niveles de glucosa en sangre pueden varían a lo largo del día, oscilando entre concentraciones de 70 y 145 miligramos por decilitro de sangre. Como tal, en la mañana y en ayunas estos suelen ser muy bajos, pero se elevan después de cada comida y vuelven a descender dos horas después.

Sin embargo, cuando los niveles de azúcar o glucosa en sangre se elevan de forma crónica, esto puede desencadenar problemas de salud como hiperglucemia, que afecta con más frecuencia a personas que tienen diabetes, dado que al padecer esta patología, el cuerpo no produce suficiente insulina y demasiada glucosa permanece en la sangre y no llega a las células.

La diabetes es un factor para el desarrollo de diferentes enfermedades. | Foto: Getty Images

Para controlar este problema de salud, es importante consumir una dieta rica en vitaminas y minerales, pero baja en azúcares añadidos. De hecho, el portal web Tua Saúde destaca las propiedades del higo, un poderoso fruto que se caracteriza pro su alto contenido de minerales como el calcio, potasio y vitaminas del complejo B, y por sus propiedades digestivas.

Del mismo modo, es un alimento que contiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antibacterianas, antiulcerosas, hipoglucémicas, hipolipemiantes, laxativas, hipotensoras, antihipertensivas, antiespasmódicas y anticancerígenas.

Gracias a su alto contenido de fibra y nutrientes ayudan a disminuir la velocidad de la absorción del azúcar en el organismo, ayudando a equilibrar los niveles de glucosa e insulina en la sangre. Además, sus propiedades antioxidantes también ayudan a fortalecer y proteger las células del páncreas contra los radicales libres.

Por otra parte, el higo como tal reduce la absorción de las grasas de los alimentos del intestino, disminuyendo así los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre y evitando complicaciones, como aterosclerosis, derrame e infarto. Por otra parte, al ser rico en flavonoides y carotenoides, combaten los radicales libres, impidiendo la oxidación de las células, lo que previene los altos niveles de colesterol en sangre.

El higo es una fruta rica en calcio que ayuda controlar los niveles de glucosa. | Foto: Kadir Barcin/Getty Images

¿Cómo consumir este poderoso fruto?

De acuerdo con el portal en mención, el higo se puede consumir de forma natural, deshidratado o enlatado. No obstante, lo ideal es preferible la fruta fresca y con cáscara, dado que es baja en calorías. De otro lado, el higo deshidratado aporta muchas más calorías, por lo que se debe consumir con moderación.

“La porción recomendada de higos frescos en una dieta equilibrada es de 2 unidades medianas o 1 unidad deshidratados al día”.

Adicional a ello, la infusión de hojas de higo también es muy funcional para la salud cardiovascular. Tan solo se debe colocar 3 hojas medianas sin tallo y cortadas en pedacitos en 200 ml de agua, calentar a fuego bajo durante 5 a 10 minutos, retirar y beber.

El higo es una fruta que ayuda a reducir la presión arterial, los niveles de azúcar en la sangre y aporta antioxidantes. | Foto: Majdi Fathi/NurPhoto