La hipertensión arterial es una patología crónica en la que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente elevada, lo que puede dañarlos.

La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos (arterias) al ser bombeada por el corazón. Cuanto más alta es la tensión, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear, explica el portal Cuídate Plus.

Esta enfermedad se caracteriza por no presentar síntomas claros, además de que puede tardar mucho tiempo en manifestarse. Sin embargo, es un factor de riesgo cardiovascular muy prevalente y si bien es una patología tratable, la falta de control puede desencadenar complicaciones graves, como infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca o ictus.

Diversos factores pueden afectar la presión arterial, entre ellos, la cantidad de agua y de sal que la persona tiene en el cuerpo, el estado de los riñones, el sistema nervioso o los vasos sanguíneos y los niveles hormonales, asegura la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Cuando envejecen, las personas son más propensas a sufrir de esta enfermedad. Esto se debe a que los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos con la edad. Cuando esto sucede, la presión arterial se eleva.

Adicionalmente, quienes son obesos, se estresan con frecuencia, toman demasiado alcohol, consumen demasiada sal, tienen diabetes, fuman o tienen antecedentes familiares de hipertensión arterial, pueden tener mayor riesgo de enfrentar este padecimiento.

El estilo de vida cumple una función importante en el control de la presión arterial alta. Si la persona logra controlar su presión arterial con un estilo de vida saludable, podría evitar, retrasar o reducir la necesidad de tomar medicamentos. Así puede hacerlo, según el instituto de investigación clínica Mayo Clinic.

1. Bajar de peso: este es uno de los cambios en el estilo de vida más eficaces para controlar la presión arterial. Si la persona tiene sobrepeso u obesidad, bajar incluso una pequeña cantidad puede ser de gran utilidad.

2. Actividad física regular: el objetivo es realizar ejercicio moderado al menos 30 minutos cada día, cinco días a la semana. Si la presión arterial es alta, el ejercicio puede evitar que se transforme en hipertensión. Si la persona ya padece hipertensión, la actividad física regular puede reducir la presión arterial a niveles más seguros.

3. Dieta saludable: llevar una alimentación que contenga gran cantidad de cereales integrales, frutas, verduras y productos lácteos con bajo contenido de grasa y que reduzca las grasas saturadas y el colesterol puede disminuir la presión arterial.

4. Menos sodio: incluso una pequeña reducción de sodio en la alimentación puede mejorar la salud cardíaca y reducir la presión arterial. Para esto la recomendación es mirar las etiquetas y validar la cantidad de sodio de los alimentos que se compran, no agregar sal a las comidas que se preparan en casa e ir reduciendo la sal progresivamente mientras el paladar se acostumbra, hasta cocinar sin sal.

5. Limitar el alcohol: si se bebe alcohol con moderación, una bebida por día para las mujeres o dos para los hombres, la presión arterial puede reducirse potencialmente.

6. Dejar de fumar: cada cigarrillo que la persona fuma reduce la presión arterial durante varios minutos después de terminarlo. Dejar de fumar ayuda a que la presión arterial vuelva a la normalidad. Acabar con este hábito puede reducir el riesgo de una enfermedad cardíaca y mejorar la salud en general. Las personas que dejan de fumar pueden vivir más tiempo que aquellas que nunca lo hacen.

7. Reducir la cafeína: esta sustancia puede elevar la presión arterial en personas que no la consumen con frecuencia. Sin embargo, es posible que quienes beben café con regularidad presenten un efecto leve o nulo en la presión arterial.

8. Bajar el estrés: el estrés crónico puede contribuir a una presión arterial alta, mientras que el ocasional también puede incrementarla si la reacción al estrés es consumir alimentos poco saludables, beber alcohol o fumar.

9. Control en el hogar: lo que se hace desde casa puede ayudar a controlar la presión arterial. Los monitoreos permanentes son una forma de hacerle frente a este padecimiento.

10. Apoyo familiar: el apoyo de las personas cercanas es clave, pues pueden ayudar en el cuidado de la alimentación, en hacer ejercicio, ayudar a controlar el estrés e incluso llevar a persona al médico cuando lo requiera.