La presión arterial consiste en la fuerza que la sangre ejerce contra las paredes de las arterias. Esto se mide con dos cifras. El primero denominado presión arterial sistólica, que es la presión cuando el corazón se contrae y empuja la sangre hacia afuera. El segundo, diastólica, cuando el corazón se relaja y se llena de sangre.
Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos señalan que “la presión arterial normal para adultos se define como una presión sistólica de menos de 120 y una presión diastólica de menos de 80. Esto se indica como 120/80″.
De acuerdo con los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, la presión arterial suele incrementar horas antes de que la persona se despierte. Luego durante el día se incrementa y llega a su pico máximo al mediodía. Finalmente, en la noche, vuelve a disminuir.
La entidad de salud señala que el incremento de la presión arterial en la noche no es una buena señal, puede indicar un mayor riego de enfermedad cardíaca. Asimismo, puede ser advertencia de otras afecciones como las siguientes:
- Presión arterial alta mal controlada
- Apnea obstructiva del sueño
- Enfermedad renal
- Diabetes
- Enfermedad de la tiroides
- Un trastorno del sistema nervioso
Es importante que se tengan buenos hábitos al momento de conciliar el sueño y dormir al menos 6 horas. Esto es clave para evitar el aumento de la presión arterial.
“Cuanto menos duermas, es posible que aumente más tu presión arterial. Las personas que duermen seis horas o menos pueden tener aumentos más pronunciados de la presión arterial. Si ya tienes presión arterial alta, no dormir bien puede empeorar la situación”, agrega Mayo Clinic.
Complicaciones de salud a causa de la hipertensión
Algunas personas pueden tener presión arterial elevada y no saberlo. Por eso, es importante visitar al doctor regularmente y someterse a exámenes médicos para un diagnóstico oportuno.
“La única manera de detectar la hipertensión es recurrir a un profesional sanitario para que mida nuestra tensión arterial. Se trata de un proceso rápido e indoloro que también podemos hacer nosotros mismos con un aparato automático, si bien es importante que un profesional valore el riesgo existente y los trastornos asociados”, detalla la Organización Mundial de la Salud.
“La presión arterial alta (hipertensión) puede dañar de manera discreta el organismo durante años antes de que se manifiesten los síntomas. La hipertensión arterial no controlada puede generar discapacidad, una mala calidad de vida o incluso un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular letal”, apunta la entidad de salud sin ánimo de lucro.
Los daños pueden afectar al corazón, el cerebro, las arterias, los riñones, los ojos y la función sexual. A continuación, la explicación de algunas de estas complicaciones:
Respecto al corazón, tener presión arterial elevada puede causar el desarrollo de enfermedad de las arterias coronarias, ritmos cardíacos irregulares o un ataque cardíaco. Cuando la presión es alta, obliga al corazón a realizar un esfuerzo extra y causa que el ventrículo izquierdo del corazón sufra un engrosamiento; esto incrementa el riesgo de tener muerte cardíaca súbita, insuficiencia cardíaca o un infarto.
Sobre el daño al cerebro, los expertos de Mayo Clinic explican que “La hipertensión arterial también puede hacer que se formen coágulos sanguíneos en las arterias que van al cerebro, lo que bloquea el flujo sanguíneo y posiblemente cause un accidente cerebrovascular”.
Y otra de las complicaciones que puede causar la presión arterial elevada está relacionada con la disfunción eréctil. Quienes tienen hipertensión son más propensos a sufrir de esta afección, pues el flujo sanguíneo limitado puede impedir que la sangre fluya hacia el pene.