Los probióticos son alimentos o suplementos que contienen microorganismos vivos destinados a mantener o mejorar las bacterias “buenas” (microbiota normal) del cuerpo, según Mayo Clinic.
Además, aportan beneficios como el fortalecimiento del sistema inmune, el equilibrio de la flora intestinal, el estímulo a la producción de vitaminas, el apoyo a la digestión y el aporte en cuadros diarreicos, de intolerancia a la lactosa, alergias y diarrea del viajero, provocada por comer alimentos contaminados.
De igual forma, los probióticos incrementan la resistencia a infecciones por organismos potencialmente patógenos en el intestino, incrementan el valor nutricional (mejor digestión, incremento de la absorción de vitaminas y minerales), regulan la morbilidad intestinal (alivian la constipación y síndrome del intestino irritable, entre otros), mantenimiento de la integridad de la mucosa intestinal.
De acuerdo con la doctora Ana María Agar, inmunóloga de la Clínica Alemana de Santiago de Chile, “los probióticos son microorganismos vivos que, después de la ingesta de una cierta cantidad, ejercen beneficios sobre la salud más allá de la nutrición básica natural”.
Asimismo, la Clínica explicó en su página web que las principales funciones de los probióticos son:
- Desplazar a los microorganismos nocivos para la salud y evitar su proliferación.
- Colaborar en la formación de nutrientes esenciales como las vitaminas, las enzimas y los ácidos grasos.
- Estimular la formación de ácido láctico, disminuyendo el PH del tubo digestivo.
- Favorecer la absorción del calcio, hierro y magnesio.
- Reducir la diarrea por antibióticos, que alteran el equilibrio de la flora intestinal, la que es restaurada gracias a estos microorganismos.
Además, los probióticos se encuentran en alimentos como el yogurt, el chucrut, el tempeh, el kimchi, el kéfir, las aceitunas y encurtidos, entre otros. Sin embargo, también hay medicamentos con probióticos.
“Los productos lácteos constituyen un excelente vehículo para los probióticos, ya que los protegen de los elevados niveles de ácido de nuestro estómago y de la concentración de bilis del intestino, que pueden dañar o eliminar a muchos de los que ingerimos. Es decir, aumenta la posibilidad de que las bacterias beneficiosas sobrevivan a su paso por el intestino”, señaló la doctora Agar a la Clínica Alemana.
No obstante, es importante consultar a un médico, pues la ingesta de probióticos debe estar supervisada por un especialista.
“Los probióticos actúan principalmente en el aparato digestivo, donde pueden afectar el microbioma intestinal. Este microbioma está formado por muchos microorganismos (en su mayor parte bacterias) que viven principalmente en el intestino grueso. Cuando una persona come o bebe suficientes probióticos, estos le ayudan a proteger el aparato digestivo de microorganismos nocivos, a mejorar la digestión y la función intestinal, y además podrían proporcionar otros beneficios para la salud”, explicaron los Institutos Nacionales de Salud (NIH por sus siglas en inglés).
Por su parte, los institutos señalaron que en las personas sanas, los probióticos pueden causar gases, pero rara vez causan infecciones u otros problemas de salud y que los probióticos tienen más probabilidad de causar problemas, como infecciones bacterianas, en las personas que ya están gravemente enfermas o tienen un sistema inmunitario débil.
De hecho, según la Clínica los Condes de Santiago de Chile, en algunos casos se ha demostrado que el consumo de alimentos probióticos produjo una disminución de los síntomas de dermatitis atópica y han sido capaces de retrasar su aparición, incluso por varios años.
Hay que señalar que el comité de expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que “los probióticos son microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, ejercen un efecto beneficioso sobre la salud del consumidor”.