Con el paso del tiempo es normal olvidar algunos detalles como números de celular o el nombre de la última persona que se conoció. Un estilo de vida saludable es clave para fortalecer la memoria y disminuir el riesgo de padecer problemas de memoria.

Los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, señalan cinco tips que pueden ayudar a mejorar la memoria y a mantenerla sana.

1. Ejercicio regular

Ejercitarse regularmente tiene múltiples beneficios para la salud de las personas. Los expertos insisten en realizar cualquier tipo de actividad física diaria, como correr, manejar bicicleta, bailar, entre otros. Además de los efectos positivos que tiene en la salud física y en la salud mental, también beneficia a la cerebral.

“La actividad física aumenta el flujo sanguíneo al cuerpo entero, incluso al cerebro. Esto podría ayudarte a mantener la memoria activa”, indica Mayo Clinic.

El ejercicio físico es importante para mantener un cuerpo saludable. | Foto: Klaus Vedfelt

Para hacer ejercicio no es necesario acudir a un centro deportivo o a un gimnasio. “La actividad física regular, como caminar, montar en bicicleta, pedalear, practicar deportes o participar en actividades recreativas, es muy beneficiosa para la salud. Es mejor realizar cualquier actividad física que no realizar ninguna. Al aumentar la actividad física de forma relativamente sencilla a lo largo del día, las personas pueden alcanzar fácilmente los niveles de actividad recomendados”, apunta la Organización Mundial de la Salud.

2. Descansar

Descansar bien es clave para una buena salud. Además de recuperar energía, al descansar el cuerpo realiza procesos relevantes para la memoria.

“Dormir es importante para ayudarte a consolidar tus recuerdos, de modo que puedas recordarlos más adelante. Haz que dormir bien sea una prioridad. La mayoría de los adultos necesitan de siete a nueve horas de sueño por día”, apunta Mayo Clinic.

A continuación algunos consejos para dormir bien:

  • Tomar siestas y aumentar la cantidad de tiempo disponible para dormir.
  • Mantener las luces prendidas en su trabajo.
  • Limitar los cambios de turno para permitir que su cuerpo se ajuste.
  • Consumir cafeína sólo al comienzo de su turno.
  • Remover las fuentes de sonido y luz durante su descanso diurno (por ejemplo, usar cortinas que bloqueen la luz).
Dormir ayuda a tener un cerebro sano. | Foto: dormir

3. Organizarse

El desorden no es una ayuda para mantener una buena memoria. Es importante anotar en agendas los compromisos, tener un calendario, etc. El orden visual respecto a la casa también es clave. Evitar tener una habitación desarreglada.

“Evita las distracciones y no hagas demasiadas cosas a la vez. Si te concentras en la información que estás tratando de retener, es más probable que la recuerdes más tarde. También puede ser útil relacionar lo que estás tratando de retener con una de tus canciones favoritas u otro concepto familiar”, recomienda la entidad de salud.

4. Entrenar la mente

Al igual que se ejercita el cuerpo físicamente también debe hacerse con la mente. Es de gran relevancia hacer actividades que ayuden a entrenar la mente y la memoria, para tener un cerebro “en forma”. “Haz crucigramas. Juega al bridge. Toma diferentes caminos cuando conduzcas. Aprende a tocar un instrumento musical. Ofrécete como voluntario en una escuela local o en una organización comunitaria”, son algunas de las recomendaciones que brinda Mayo Clinic.

Los crucigramas ayudan a entrenar la mente. Foto: Stock.xchng.

Alimentos para fortalecer la memoria

Una dieta balanceada es vital para el bienestar integral del organismo. Según el portal Hola, la falta de alimentos y hábitos saludables para el cerebro pueden provocar afectaciones en el sistema nervioso. Por eso incluir ciertos alimentos en la rutina diaria contribuye a un buen funcionamiento del cerebro y de la memoria:

  • Aminoácidos: pavo, almendras cebolla. pescado, arroz, lechuga, legumbres, zanahoria, carnes rojas, espinacas, berenjenas, brócoli, habas, queso, tomate, leche, calabacín y trigo.
  • Omega 3: mariscos y pescados como el atún, salmón y sardina. Aceite de oliva, leche, huevos, semillas de chía y nueces.
  • Omega 6: todas las semillas y los aceites derivados semillas como el girasol y el maíz. Los frutos secos son ricos en omega 6, las almendras, avellanas, pistachos, quinoa y cacahuetes.