La piel es el órgano más grande del cuerpo, que se encarga de su protección con el cumplimiento de diversas funciones. Mantiene los fluidos corporales dentro del organismo, previniendo la deshidratación; protege contra las bacterias y virus que pueden causar infecciones y regula la temperatura, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
De igual forma, la piel le ayuda al cuerpo a percibir el mundo externo, si hace frío o calor, si está húmedo o seco y elabora la vitamina D cuando recibe sol, lo cual es clave para el fortalecimiento y cuidado de la estructura ósea.
Cualquier cosa que irrite, obstruya o inflame la piel, puede causar síntomas como enrojecimiento, hinchazón, ardor y picazón. La alergia, irritantes, su composición genética y ciertas enfermedades y problemas del sistema inmunitario, pueden provocar sarpullido, urticaria y otros problemas en la piel y, por ello, es importante prestar atención a las diferentes señales que este órgano envía.
Información del portal Healthline indica que muchos padecimientos de la piel pueden ser temporales, pero hay otros permanentes. También en algunos casos son indoloros y en otros causan molestias. Si bien, algunas afecciones de la piel son menores, en ocasiones, son advertencias de problemas complejos de salud.
Estas son algunas de las afecciones que más impactan la piel
Urticaria. Este padecimiento se parece a las ronchas y en ocasiones genera ardor o quemazón. Varía en tamaño. Es un brote que aparece en cualquier parte del cuerpo y puede durar desde horas hasta días. Las causas incluyen temperaturas extremas, infecciones como faringitis y alergias a medicamentos, alimentos y suplementos. Una de las formas de aliviarlas es con antihistamínicos y cremas para la piel.
Rocásea. Esta es una enfermedad crónica de la piel que tiene ciclos de desvanecimiento y recaída. Esta última, según Healthline, se da por la ingesta de alimentos picantes, bebidas alcohólicas, la luz del sol, estrés y bacterias intestinales como la Helicobacter pylori. Los síntomas comunes incluyen rubor facial, protuberancias elevadas y enrojecidas, enrojecimiento facial y sequedad de la piel.
Alergia al látex: La erupción puede presentarse en minutos u horas después de la exposición a un producto de látex. En este caso, se presentan ronchas rojas con picazón y costra cuando la exposición a este tipo de material es continua.
Las partículas de látex en el aire pueden causar tos, secreción nasal, estornudos y picazón en los ojos y lagrimeo. Una alergia severa a esta sustancia deriva también en inflamación y dificultad para respirar. De acuerdo con la citada fuente, esta condición se considera una emergencia médica y por ello lo mejor es consultar al especialista.
Sarampión. Los síntomas incluyen fiebre, dolor de garganta, ojos rojos y llorosos, pérdida de apetito, tos y secreción nasal y de tres a cinco días después, se presenta una erupción roja que se extiende desde la cara hacia el resto del cuerpo.
Dermatitis: Existen varios tipos y la mayoría causa sequedad y comezón en la piel, además de sarpullido en la cara, al interior de los codos y detrás de las rodillas, en las manos y los pies. Al resecarse la piel, se enrojece, aumentando la hinchazón y picazón.
No se conoce la causa, pero se dice que puede estar relacionada con factores genéticos y ambientales. El eccema puede mejorar o empeorar con el tiempo, pero normalmente es una enfermedad de larga duración. Las personas que la padecen también pueden desarrollar fiebre y asma, asegura la Biblioteca Nacional de Medicina.
Lupus: Esta es una enfermedad autoinmune y el signo más distintivo es una erupción cutánea en el rostro que se asemeja a las alas abiertas de una mariposa en ambas mejillas. Se presenta en muchos casos de lupus, pero no en todos.
Algunas personas nacen con una tendencia a padecer lupus, la cual puede desencadenarse por infecciones, ciertos medicamentos o incluso la luz del sol. Si bien no existe una cura para esta enfermedad, los tratamientos ayudan a controlar los síntomas, precisa el instituto de investigación Mayo Clinic.
De la larga lista de afecciones de la piel, hacen parte también las verrugas, la varicela, la tiña, el melasma, el acné, las erupciones por infecciones bacterianas y la psoriasis, que causa parches escamosos y secos y el vitiligo, que produce parches grandes e irregulares de la piel.