El hígado graso no alcohólico es un trastorno que se caracteriza por una inflamación de las células, una acumulación de triglicéridos y la presencia de diferentes grados de fibrosis en este órgano.

Los niveles elevados de colesterol LDL hacen que se acumule placa (depósitos de grasa) en los vasos sanguíneos, lo que puede provocar un ataque al corazón, un derrame cerebral u otros problemas de salud, explica el National Heart Lung and Blood Institute, de Estados Unidos.

Ahora bien, existen alimentos que pueden limpiarlo como la alcachofa. Según datos de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), es un alimento que contiene proteínas, fibra, fósforo, potasio, esteroles y cinarina. Por eso, se considera es una buena opción para complementar la dieta.

Marta Vergés, en su libro Cómete el tarro, detalla sus múltiples beneficios, entre ellos que es una gran depuradora del hígado, estimula la producción de bilis, elimina grasas y sus propiedades digestivas la hacen ideal para tratar enfermedades como el ácido úrico, el reuma y los problemas de cálculos en la vesícula biliar.

Además, los principales componentes activos de la alcachofa son la cinarina y el ácido clorogénico. Estas acciones se traducen en el organismo en una acción depurativa y desintoxicante, y es ligeramente laxante.

Según lo anterior, el portal Tua Saúde recomienda el consumo de té de alcachofa, una hierba que por ser rica en pectina ayuda a disminuir la absorción y aumentar la eliminación de grasas por las heces, fomentando la reducción de colesterol malo.

Es una hortaliza con un efecto diurético, por lo que ayuda en el proceso de limpiar los riñones. Cuerpo Mente indica que las alcachofas son favorables para ayudar en la emisión de orina y para aliviar trastornos urinarios como la infección de la vejiga y la uretra.

Este producto también puede consumirse en el propósito de eliminar piedras de los riñones, acabar con el exceso de ácido úrico y evitar los edemas, que se forman por la retención de líquidos.

Esta misma fuente asegura que, consumido con regularidad, este alimento incrementa la secreción biliar y la irrigación sanguínea del hígado, lo que ayuda a que el organismo digiera mejor los alimentos.

“Gracias a la cinaropicrina y la cinarina, dos de sus principios activos, favorece la regeneración de las células hepáticas y atenúa el impacto que el alcohol y otras sustancias tóxicas ejercen sobre ellas”, precisa.

También mejora las digestiones lentas, que provocan la sensación de estar lleno y es un remedio que puede usarse en la convalecencia de las hepatitis y contra la hidropesía, que es la hinchazón del abdomen por acumulación de líquido.

Según la sabiduría popular, un remedio sencillo para revitalizar los riñones y el hígado es la infusión de alcachofa con el zumo de medio limón o menos. Según el sitio web Mejor con Salud, esta bebida funciona como una fuente de hidratación y diurético a la vez.

Otros beneficios

De igual forma, el consumo de esta hortaliza en una dieta saludable contribuye a la pérdida de peso. La alcachofa es rica en inulina, una fibra presente en muchos vegetales que actúa ayudando a adelgazar, ya que es digerida más lentamente, prolongando la saciedad entre comidas y disminuyendo el apetito, asegura Tua Saúde. Además, es baja en calorías y promueve la eliminación de exceso de líquidos.

Por otro lado, la ingesta de alimentos ricos en potasio aumenta la producción de orina, eliminando el exceso de sodio en el organismo, ayudando así a controlar y a prevenir la presión alta. La alcachofa también es rica en antioxidantes, como los flavonoides y carotenoides, que inhiben la producción excesiva de radicales libres, promoviendo la salud de las arterias y evitando el envejecimiento prematuro.

Por ser rica en fibras y agua, la alcachofa ayuda a la formación del bolo fecal y la evacuación de las heces a través del intestino, siendo un alimento útil para combatir el estreñimiento.