Un nuevo ensayo clínico, en el que participaron médicos de distintos países, demostró que lecanemab, un fármaco experimental, ralentiza significativamente el alzhéimer hasta en un 27 por ciento, convirtiéndose de esta manera en el primer medicamento en frenar la progresión de la demencia más común.
Producido por la firma Biogen y su socio Eisai, la eficacia de este medicamento constituye un hito muy importante para los investigadores, que han intentado en vano, durante varias décadas, detener el declive inexorable relacionado con la enfermedad, que cada año suma 10 millones de nuevos casos en el mundo.
La diferencia que supondrá para los millones pacientes que la viven a diario y sus familias es menos clara. Si bien parece que este medicamento consigue hacer más lento el progreso del alzhéimer, se sabe que no restaura la capacidad mental ni detiene por completo su pérdida.
Así las cosas, este avance de la ciencia se queda corto frente a una enfermedad en la que el 75 por ciento de sus pacientes en el mundo no son diagnosticados a tiempo y encuentran muchas barreras para acceder a un tratamiento adecuado.
El swing del jazz
Se dice que el jazz debe tener swing, un estilo de interpretación que se considera esencial en este género, que se puede sentir, pero no explicar.
Durante cien años, desde el nacimiento de esta música afroamericana, no estaba claro cómo se conseguía. Hasta ahora. Gracias a un experimento y el análisis de 450 solos de jazz, la ciencia descubrió el secreto.
Físicos del Instituto Max Planck de Dinamarca y psicólogos de la Universidad de Gotinga publicaron en la revista Communications Physics un análisis que concluye que el swing del jazz puede mejorarse retrasando 30 milisegundos las notas alternas dentro de un compás.
Para la ciencia, ciertas desviaciones sistemáticas del tiempo son un componente clave del swing, pero tan pequeñas que pasan desapercibidas, incluso para músicos profesionales que las usan inconscientemente.
¿Un taxi volador?
Un auto fantástico surcó los cielos de Italia esta semana. Se trata del primer taxi volador tripulado, que realizó su primera prueba de vuelo sobre Roma.
Un año después de que se presentara este prototipo de despegue, el particular taxi demostró que será capaz de conectar el centro de la capital con el aeropuerto de Fiumicino en solo 20 minutos.
Volocopter, como se llama el taxi aéreo eléctrico, es libre de emisiones y está diseñado para vuelos rápidos de pasajeros. En su primera ‘salida al público’, voló a 40 kilómetros por hora durante cinco minutos a 40 metros altura. Roma será una de las primeras capitales del mundo en las que se ponga en marcha este novedoso medio de transporte, que se espera comenzará a volar en 2024.
Los nuevos nobeles
Esta semana, como es costumbre en cada mes de octubre, el comité del Nobel de la Academia Sueca de la Ciencia dio a conocer los nombres más importantes en este campo.
El Premio Nobel de Medicina fue para el biólogo sueco Svante Pääbo por “sus descubrimientos sobre el genoma de homínidos extintos y la evolución humana”. Mientras que el Nobel de Física recayó en las manos de los pioneros de la comunicación cuántica: el austriaco Anton Zeilinger, el francés Alain Aspect y el estadounidense John Clauser.
El danés Morten Meldal y los estadounidenses Carolyn Bertozzi y Barry Sharpless, padres de la llamada ‘química clic’, se quedaron con el Nobel de Química, gracias a dos revolucionarias herramientas para producir fármacos y nuevos materiales.