El 23 de mayo de 2017, Daniel Eduardo Osorio Osorio, tomó la decisión de terminar con su vida. Tenía 21 años de edad. Su mamá, Patricia, relató que el niño había dejado una nota en la que explicaba que había sido víctima de abuso en el Colegio San Viator en la ciudad de Bogotá desde que tenía 12 años. Para que los padres puedan identificar si sus hijos pudieron haber sido víctimas de abuso sexual, SEMANA.COM habló con los psiquiatras especialistas en psiquiatría del niño y del adolescente Juan David Ávila, de la Universidad El Bosque y Rafael Vásquez, docente de la Universidad Nacional con una práctica en la Fundación Hospital De La Misericordia, HOMI, quienes explicaron los efectos psicológicos del abuso sexual en menores y dieron pistas sobre lo que un padre de familia puede hacer ante dicha situación. SEMANA.COM: ¿Cuál es la forma más frecuente de abuso sexual en niños y adolescentes? JDA: Son muy habituales los abusos cometidos por algún miembro del núcleo familiar, de personas que son figuras de confianza y de autoridad para el niño y que además juegan un rol clave en el proceso de formación de la personalidad del niño. Desafortunadamente, de acuerdo a reportes de Medicina Legal, la mayoría de los casos de abuso sexual en niños y adolescentes son cometidos por personas cercanas y ahí caben tanto familiares como cuidadores y maestros. Cuando una persona es desconocida los efectos y las secuelas pueden ser las mismas, pero cuando el abusador está dentro del núcleo familiar se corre el riesgo de que el abuso sea llevado a cabo de manera repetitiva. RV: El caso de Daniel Eduardo es excepcional para el prototipo nacional del niño víctima de violencia. Este es un niño de bajos recursos que es violentado sexualmente o por su padrastro, o por su tío, o por su papá o por su abuelo y su familia no puede renunciar a vivir con el victimario porque es la fuente de financiación de la casa. Este es un caso atípico para el típico nacional.Lea también: “El abuso infantil es producto de un círculo vicioso”: Carlos Valdés SEMANA.COM: ¿Psicológicamente que le pasa a un niño o adolescente que es abusado sexualmente? JDA: El niño puede presentar inseguridades. Una alerta clara es que el niño puede presentar una alteración de su rendimiento académico que, dicho sea de paso, puede ser un indicador de un trastorno depresivo. Puede también desarrollar un trastorno de ansiedad o una combinación de ambas cosas que es lo que por lo general vemos en la mayoría de los niños que han experimentado abuso sexual. También es frecuente que se manifieste un trastorno de estrés postraumático, agresividad y conductas oposicionistas, que implican una pobre tolerancia a las reglas y a la autoridad. RV: No hay un fenómeno único y preciso. Pasan un montón de cosas que no sabemos exactamente y con precisión qué son, pero estos son niños que a medida de que pasa el tiempo comienzan a ser vulnerables, a sufrir una gran cantidad de dificultades emocionales, particularmente de ansiedad y depresión. Un niño que ha padecido violencia sexual queda con una serie de marcas o vulnerabilidades que en cualquier momento de su vida se expresan como alteraciones emocionales. SEMANA.COM: ¿Los efectos de un abuso sexual son distintos en niños y en adultos? JDA: El diagnóstico puede ser el mismo y con el mismo nombre, un adulto y un niño pueden ser diagnosticados, por ejemplo, con un trastorno depresivo como consecuencia de un abuso sexual, pero los síntomas cambian. No obstante, hay síntomas compartidos y de ahí que tanto en adultos como en niños se presente una ideación suicida. RV: No. Son parecidos. El acto de violencia es una cosa que a un individuo lo inunda y lo deja sin una capacidad de respuesta. En los adultos las emociones alteradas se expresan de inmediato, mientras que en un niño no. Algunas si se manifiestan de inmediato (dependiendo de la gravedad del abuso) pero otras se van a expresar a medida que el niño va creciendo. SEMANA.COM: En los jóvenes y adolescentes, ¿qué tan frecuente es el suicidio cuando hubo abuso sexual? JDA: La ideación suicida se presenta con muchísima frecuencia en niños y adolescentes. Ojo, esto no significa que todo aquel que tenga la idea la vaya a llevar a cabo, pero el fenómeno del abuso sexual genera sentimientos que hace que estas ideas, como la culpa, sean muy frecuentes. Un individuo que ha sufrido abuso sexual con frecuencia experimenta sentimientos de vergüenza y de culpa y empieza a buscar explicaciones de por qué le sucedió lo que le sucedió. Se pregunta que hizo mal, se cuestiona por qué no avisó a tiempo, por qué fue a esa casa, etc. Dependiendo de la edad, los niños tienen dificultad para la toma de decisiones o tienen conductas impulsivas y eso es un riesgo porque podrían llevar a cabo estas ideas que terminarían en un suicidio. RV: El suicidio es uno de los factores que se desencadenan del abuso porque este acto genera enormes cantidades de angustia y el suicidio se convierte entonces en una de las vías para solucionar dicha angustia. Cuando un niño llega a contemplar el suicidio es porque lo ha intentado casi todo. Ha rezado, ha hablado con sus amigos, se ha cortado, ha hecho mil cosas, pero no logra resolver el problema y se encuentra con esta opción. El suicidio no es un fenómeno único y no es el primer acto de una tragedia sino, por el contrario, es el acto final de una tragedia de largo e intenso sufrimiento.Le puede interesar: El abuso infantil, crimen que sigue en la oscuridad SEMANA.COM: ¿Cómo puede un padre ayudar a su hijo? ¿Qué puede hacer un padre que tiene conocimiento de que su hijo fue abusado? JDA: Lo primero y lo más importante es tomar en serio la denuncia y el testimonio del menor que reporta que ha sido abusado sexualmente. Esto no necesariamente quiere decir que sea verdad, pero hay que tomarlo en serio y hay que hacerle saber al niño que hay credibilidad en su palabra. Posteriormente hay que buscar ayuda profesional que evalúe la credibilidad del testimonio del menor y denunciar el hecho. RV: Lo primero que toca hacer es creerle de manera absoluta. No hay que dudar cuando los niños cuentan lo que les pasó. Puede que durante el camino se vayan aclarando las cosas, pero en principio hay que no dudarlo. Y el siguiente paso es denunciarlo, ya sea a la comisaría de familia o en donde corresponda pero denunciarlo. SEMANA.COM: Si no hay una lesión física evidente, ¿hay alguna forma de detectar que un niño o adolescente ha sido víctima de abuso sexual? ¿Hay banderas rojas? JDA: No hay una bandera roja absoluta. No hay ninguna señal frente a la que uno diga: “si esto se manifiesta es porque hubo abuso”, no. Pero los padres pueden estar atentos a un conjunto de síntomas que, si bien no indican de manera inequívoca que hubo un abuso sexual, pueden generar sospechas y una sospecha es suficiente para comenzar a buscar la ayuda profesional que descarte o confirme sí en efecto hubo o no abuso sexual. RV: Hay cuatro señales claras, pero es un terreno complejo porque hay testimonios que son muy difíciles de aclarar. Pero sí tenemos banderas, y son: En un escenario en donde la mamá se va a trabajar y el niño se queda en casa con un adulto, puede pasar algo. Cuando el niño, especialmente el niño pequeño, comienza a tener comportamientos sexualizados, comportamientos sexuales abiertos que antes no presentaba, frente a eso hay que asumir que algo le pasó al niño. Alteraciones del sueño. Un niño que no tenía dificultades para dormir, que no tenía pesadillas y comienza a presentar estos signos, si es un niño con factores de vulnerabilidad (adultos cercanos que podrían ser perpetradores de la violencia), hay que ponerle atención al tema. Y la cuarta situación, que es la que llamamos alienación parental en donde uno de los papás separados puede interpretar cualquier acto del otro como un acto de violencia sexual y es muy difícil aclarar la situación. Entonces los padres de familia alegan que el otro violentó sexualmente al niño y las señales de abuso, verídicas o no, se vuelven herramientas que usan los padres para agredirse mutuamente. Esto vale la pena mencionarlo porque de eso nadie habla: la gente ve el caso extremo de Yuliana Samboní pero esto es un problema del día a día.