Un pterigión es un tumor no canceroso que va desde el tejido delgado y transparente del ojo, y cubre toda la parte blanca y termina en la córnea.

Por lo general, está ligeramente elevado y contiene vasos sanguíneos visibles. El problema puede ocurrir en uno o en ambos ojos.

De acuerdo con el portal Medlineplus, no se conoce la razón para que esto surja, pero es más común en personas que se exponen con mucha frecuencia a la luz solar o al viento, como en el caso de las personas que trabajan al aire libre.

Entre los factores de riesgo están la exposición en áreas soleadas, polvorientas, arenosas o de mucho viento.

Este tipo de afecciones son indoloras y, por lo general, los síntomas dependen del tamaño de la misma. Las afecciones más pequeñas son normalmente asintomáticas, pero a medida que van aumentando su tamaño, pueden existir molestias como ojo rojo; lagrimeo y sensación de cuerpo extraño

En los casos más extremos, se puede ver comprometida la visión, por lo que se genera astigmatismo y quedan recubiertas las áreas mayores de la córnea, de acuerdo con el Instituto de Microcirugía Ocular de España.

Así mismo, las lesiones pequeñas por lo general no requieren ningún tratamiento y son manejadas únicamente mediante colirios lubricantes. Mientras que en los casos en que los pterigiones son más grandes, se tratan mediante extirpación quirúrgica.

Otra enfermedad ocular: la conjuntivitis

“La conjuntivitis es una inflamación o una infección en la membrana transparente (conjuntiva) que recubre el párpado y la parte blanca del globo ocular. Cuando los pequeños vasos sanguíneos de la conjuntiva se inflaman, se hacen más visibles. Esto es lo que hace que la parte blanca del ojo se torne rojiza o de color rosa”, explica Mayo Clinic.

Entre las causas más comunes de la conjuntivitis están: virus, bacterias, alergias, salpicar el ojo con una sustancia química, un cuerpo extraño en el ojo y, en los recién nacidos, un lagrimal bloqueado. Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro, señala que si bien la conjuntivitis puede ser molesta, muy rara vez afecta la visión.

Enrojecimiento, picazón, una sensación arenosa, secreción en uno o ambos ojos que forma una costra durante la noche, la cual puede impedir que abra un ojo o ambos a la mañana, y lagrimeo, son los síntomas más frecuentes de la conjuntivitis.

Mayo Clinic señala que existen enfermedades oculares graves que pueden provocar enrojecimiento en el ojo, las cuales pueden causar dolor en los ojos, la sensación de tener algo atascado en el ojo, visión borrosa y sensibilidad a la luz, por lo que recomienda visitar al médico en caso tal de presentar alguno de estos síntomas.

En el caso de las personas que usan lentes de contacto, tan pronto noten alguno de estos síntomas deben dejar de usarlos, si los síntomas no empiezan a mejorar al cabo de 12 a 24 horas, los expertos recomiendan pedir una cita con su oftalmólogo para asegurarse de no tener una infección ocular más grave relacionada con el uso de estos elementos.

Hay diferentes tratamientos médicos que pueden ayudar a aliviar las molestias de la conjuntivitis. No obstante, es preciso consultar al oftalmólogo si la sintomatología es persistente. “Como la conjuntivitis puede ser contagiosa, su diagnóstico y su tratamiento tempranos limitan el contagio a otros”, destaca Mayo Clinic.

A la par de los avances de la salud para el tratamiento de esta infección, también hay diferentes remedios caseros que ayudan con su tratamiento, enumerados por Healthline.

Uno de los remedios caseros más comunes y a la vez efectivos para tratar las infecciones de los ojos, como es el caso de la conjutivitis, es el uso de agua salada o solución salina estéril, debido a sus propiedades antimicrobianas. De hecho, la solución salina es similar a las lágrimas: la forma natural en la que el ojo se limpia. Se deben aplicar un par de gotas en el ojo afectado y dejar que actúe por unos segundos. Se utiliza para hidratar el ojo.

Las bolsas de té son otro elemento muy utilizado, ayudan a relajar y descansar los ojos cuando se ponen sobre ellos. Es de anotar que algunos tés tienen propiedades antiinflamatorias y calmantes, tales como el té verde, la manzanilla, el rooibos y el té negro. Para llevar a cabo este consejo, sumerja dos bolsas de té en agua fría, o déjelas en el congelador por unos 30 minutos, y luego proceda a cerrar los ojos y colóquelas sobre ellos por un lapso de tres a cinco minutos.

Entre tanto, la Academia Americana de Oftalmología (AAO, por sus siglas en inglés), citada por Healthline, sugiere usar una compresa tibia para calmar los síntomas de la conjuntivitis. Para comenzar, tibie un poco de agua y sumerja un paño en el líquido, el cual deberá escurrir para luego poner suavemente en los ojos. Repita este proceso las veces que pueda, asegurándose de alternar el fragmento de tela utilizado –con el fin de no expandir la infección– o, si le es posible, cámbielo. No está de más advertir que el paño debe estar limpio para no exponer a los ojos a contraer más enfermedades.

Las compresas frías también ayudan con este propósito y el procedimiento para su aplicación es exactamente igual. Solo basta advertir que los expertos no recomiendan que se coloque hielo directamente en el párpado, sino que utilice un paño.

Otra recomendación es lavar muy bien las sábanas, fundas y toallas a diario mientras le dure la infección en los ojos. Se trata de artículos que tienen contacto directo con el ojo y que pueden propagar la infección a su otro ojo o, dado el caso, llegar a contagiar a algún integrante de la familia. Por último, no utilice maquillaje mientras tiene conjuntivitis y, en lo posible, deseche los elementos cosméticos que haya utilizado durante la infección, con esto se asegurará de que la conjuntivitis no se propague o lo infecte de nuevo.