Desde el siglo XIX, en un rincón de Indiana, más exactamente en el condado de Spencer, aparece en el mapa un lugar llamado Santa Claus. Fue en 1846 cuando Santa Fee pasó a llevar el nombre del icónico sujeto de barbas blancas y famosa carcajada que desciende por las chimeneas y reparte regalos sin cesar. El origen de este nombre tiene raíces muy particulares, pues según dicen algunos de los 2.500 habitantes del pueblo, cuando solicitaron la instalación de una oficina postal, les sugirieron cambiar el nombre de esta zona porque era muy parecido al de Santa Fe en Nuevo México. Por otro lado, la historia que se refiere a la elección de Santa Claus, cuenta que fue durante una Nochebuena, en donde todos los habitantes del pueblo sentados alrededor de una estufa discutían sobre cuál sería el nuevo nombre del lugar. De repente, las puertas se abrieron y una pequeña niña, al ver esto y además, escuchar el sonido de unas campanas dijo: “¡Es Santa Claus!”. Y así quedó bautizado el pueblo ubicado al suroeste de Indiana. Sin embargo, tenían en mente otro nombre. Esta idea estaba inspirada en un predicador que visitaba el pueblo a caballo, Wittenbach. Navidad para siempre De haber elegido cualquier otra opción de nombre, de seguro no estarían recibiendo más de 20.000 cartas dirigidas a Santa Claus, las cuales son respondidas por una gran cantidad de voluntarios interesados en preservar el espíritu de la navidad. Por ello, la duende en jefe, Pat Koch, una mujer de 86 años y dos títulos; uno en enfermería y otro en teología, es la encargada de organizar el escuadrón de los 200 trabajadores de Papá Noel, quienes deben leer las cartas y responderlas, de una forma muy particular, pues todas tienen el nombre del niño o niña a quien va dirigida y un mensaje personal. Además, el doblez es tan cuidadoso que cuando la carta de respuesta es abierta, lo primero que se ve es una imagen de Papá Noel. Pero no son solamente unas cuantas personas trabajando en responder cartas. En realidad, es todo el pueblo que está sintonizado con el ambiente festivo de la navidad y hace que todos los días del año se viva esta celebración allá. De hecho, el pueblo está lleno de figuras y nombres alusivos a esta época decembrina. Por ejemplo, una estatua de tres metros de aquel hombre de traje rojo, botas negras y generosidad incalculable es quien le da la bienvenida a los visitantes, que cada año son más.Y existen más ejemplos: la avenida central de Santa Claus, se llama “Christmas Boulevard” (Bulevar Navidad) y la urbanización en donde vive la mayoría de habitantes del pueblo se llama Christmas Lake Village (“Villa Lago Navideño”). Algunas calles llevan el nombre de los tres reyes magos: Melchor, Gaspar y Baltasar. Para el nombre de otras vías se inspiraron en los renos del trineo de Santa, Prancer (Saltarín) y Vixen (Juguetón). De hecho, la tienda navideña de Santa Claus, Holiday World, abre sus puertas en mayo, para que sus empleados, que siempre llevan un gorro de navidad, atiendan a quienes van en busca de artículos navideños para decorar y regalos, en general. Allí es donde se encuentra Papá Noel trabajando durante los siete días de la semana sin abandonar ni un segundo su misión, pues así esté en la calle, sin su particular abrigo y pantalón rojo, él sigue siendo conocido como el Santa Claus de Santa Claus, Indiana.