El vegetarianismo y el veganismo son estilos de vida en auge entre muchas personas porque sus numerosos sus beneficios. El caso más reciente es el de dos bebés italianos que llevaban una dieta vegana y fueron trasladados de urgencia al hospital por desnutrición y carencia de vitaminas. La pregunta que todos se hacen es si es posible que un niño en etapa de crecimiento puede ser vegano sin que esto tengan consecuencia para su salud.La nutrióloga Laura Bustacara explica que “los niños que llevan una alimentación de este tipo pueden presentar deficiencias, sobre todo de la vitamina b12,de hierro, calcio y zinc, lo cual puede provocar que tengan un crecimiento inadecuado, bajo peso y que las reservas proteicas no sean suficientes”. Los nutrientes que se encuentran principalmente en alimentos de origen animal son importantes para el desarrollo físico y cognitivo de los menores y “ayudan a la función celular e inmunológica y disminuyen deficiencias a nivel de piel y huesos”, dice Bustacara.Pero no es una regla. Es respetable la decisión de los padres que quieren promover en sus hijos esta forma de alimentación y con ella se puede lograr un buen desarrollo, siempre y cuando el proceso esté asesorado en todo momento por un nutricionista y un pediatra para que se encuentre la manera de suplir los alimentos que aportan las proteínas animales. “La mejor opción es orientarlos y que no lo hagan de manera empírica. Se puede intentar hacer mezclas, por ejemplo con vegetales o granos que puede ayudar a suplementar”, explica la nutricionista y dietista Diana Rojas.A partir de los seis meses, cuando el bebé empieza a ingerir alimentos sólidos, es importante que consuma una fuente de origen animal para dotar al cuerpo de nutrientes como el hierro. Pero cuando el bebé tiene un régimen vegano o vegetariano, la opción para reemplazar las propiedades de proteínas de origen animal es a través de suplementos vitamínicos. Los granos también son una buena opción de complemento. “La quinoa es muy recomendada ya que tiene más hierro que el huevo. También se puede intentar con frijoles, lentejas y garbanzos“, afirma Rojas.Sin embargo, la recomendación de los expertos es que el vegetarianismo “se empiece cuando el niño cumpla su crecimiento, que en niñas es cuando llega su primera regla y en niños, alrededor de los 16 años”, dice Bustacara. A esa edad el cuerpo ya está bien formado, no se presentarán problemas de crecimiento y los chicos ya tienen criterio de decidir qué tipo de régimen alimenticio quieren llevar.Por otro lado, una dieta sin alimentos de origen animal bien asesorada y dirigida puede traer algunos beneficios para los menores. “Son niños que tienen menos riesgos de alergias alimentarias. En cuestión del funcionamiento gastrointestinal, tienen organismos más limpios y no tienen tanto estreñimiento. También se reduce el riesgo cardiovascular porque no consumen exceso de grasas saturadas, que se encuentran en muchas carnes”, concluye Rojas.La conclusión es que, aunque los expertos prefieren no recomendar una dieta así para un niño, estos sí podría ser veganos o vegetarianos. Lo importante es conocer muy bien los alimentos y tener el acompañamiento permanente de un profesional que pueda indicar cuál es la forma de alimentación que más le favorece a su hijo.