Los pulmones son unos de los órganos más importantes para el adecuado funcionamiento del cuerpo humano, por ello, deben ser cuidados con mucha rigurosidad, pues existen enfermedades que pueden ser contraídas rápidamente y que llegan a ser bastante graves si no se cuidan bien, como el caso de la neumonitis.

La neumonitis, como se conoce a la inflamación del tejido pulmonar, se puede dar por la exposición a agentes irritantes que se encuentran en el aire. Según los expertos del portal especializado, Mayo Clinic, algunos tratamientos oncológicos pueden desencadenar esta afección.

Entre los síntomas más comunes, está la dificultad para respirar, acompañada de la tos seca. No obstante para su diagnóstico es necesario acudir a un especialista. Si esta afección no es tratada, con el tiempo se puede convertir en una neumonitis crónica que puede producir cicatrización en los pulmones.

Los síntomas de la neumonitis crónica son:

- Dificultad para respirar

- Tos

- Fatiga

- Pérdida de apetito

- Adelgazamiento involuntario

Entre los factores más comunes que generan la inflamación pulmonar se destaca el moho en el aire, ya sea en espacios cerrados, la exposición a aves, pues su plumaje puede tener bacterias, o la radiación. Cuando la inflamación ocurre, los pequeños sacos de aire, conocidos como alveolos, se inflaman dificultando el paso del oxígeno desde los alvéolos hasta el torrente sanguíneo.

¿Qué puede provocar neumonía?:

La neumonitis es una especia de neumonía, por lo que una neumonitis si no se trata puede convertirse fácilmente en neumonía. Según Mayo Clinic, estos son los motivos más comunes:

1. Medicamentos: algunos medicamentos pueden provocar neumonía. Entre ellos, están algunos antibióticos, medicamentos para la quimioterapia y medicamentos que regulen los latidos del corazón.

2. Bacterias: la exposición repetida a bacterias y algunos tipos de moho puede generar la inflamación pulmonar.

3. Exposición a las aves: estar expuesto a plumas o excremento de ave es una causa de neumonía, esto por la cantidad de bacterias que estos animales pueden cargar.

4. Radiación: persona que han estado expuestas a tratamientos con radioterapia en zonas cercanas al pecho, pueden contraer neumonía fácilmente.

De acuerdo con los expertos, si la neumonitis no se detecta y se trata a tiempo puede generar daños irreversibles a los pulmones. La inflamación crónica del tejido puede provocar cicatrices que hacen que los pulmones pierdan flexibilidad, y que se pueda llegar a padecer de fibrosis pulmonar, afectación que puede causar insuficiencia cardíaca o insuficiencia respiratoria.

¡Tome nota! Estas son las señales que indican que sus pulmones están fallando | Foto: Getty Images

Cómo cuidar los pulmones:

Una buena dieta es fundamental para mantener sano al organismo además de que ayuda a prevenir el daño celular que suele ser causado por las moléculas radicales libres. Por ello, existen frutas con mayor cantidad de antioxidantes para beneficiar la salud de los pulmones.

Naranjas:

Estas son una de las frutas más beneficiosas para los pulmones gracias a su alto contenido de vitamina C. Esta fruta es un antioxidante natural que previene el daño de los radicales libres, por lo que evita el desarrollo de la inflamación pulmonar.

Según indica el estudio Flavonoid Fraction of Orange and Bergamot Juices Protect Human Lung Epithelial Cells from Hydrogen Peroxide-Induced Oxidative StressEvidence, publicado en Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, los efectos de la naranja protegen contra la lesión oxidativa de las enfermedades pulmonares.

Aguacate:

El aguacate reduce el riesgo de inflamación pulmonar y ayuda a promover el bienestar de los órganos. Según Lung Health Institute, el consumo de este alimento es mejor hacerlo a la hora del desayuno para que el cuerpo reciba todos sus nutrientes.

Fresas:

Las fresas ayudan a mantener una función pulmonar sana pues ayudan a prevenir las enfermedades crónicas y obstructivas. Esto según la publicación Berry antioxidants: small fruits providing large benefits, las fresas y bayas son fuentes de antioxidantes que reducen el riesgo de las enfermedades crónicas y son especiales para combatir los radicales libres.