El Colegio Americano de Cirujanos de Pie y Tobillo, una sociedad médica especializada certificada por la Junta Americana de Cirugía Podológica, explica que a menudo los pies fríos son “el resultado de afecciones médicas que causan una mala circulación sanguínea en las piernas o pies”.
La enfermedad vascular periférica (EVP o PVD, por sus siglas en inglés), un bloqueo o estrechamiento de las arterias, el fenómeno de Raynaud (sensibilidad al frío que causa un espasmo de los vasos sanguíneos) y enfermedades del corazón son algunas de ellas.
De acuerdo con la entidad, ciertos medicamentos que causan la constricción de los vasos sanguíneos también pueden provocar frío en los pies o las extremidades. “Los betabloqueadores para la tensión arterial alta, los medicamentos con ergotamina para las migrañas y los medicamentos para el resfriado que contienen pseudoefedrina también pueden causar este problema”, reseña.
Añade que otras causas que pueden provocar frío en los pies se incluyen las anormalidades hormonales, como es el caso del hipotiroidismo y la insuficiencia suprarrenal, algunos trastornos nerviosos como la neuropatía periférica y la fibromialgia, y ciertos trastornos autoinmunes como el lupus o el escleroderma. “Dado que existe un amplio rango de causas para los pies fríos, es importante ir donde un cirujano de pie y tobillo para su diagnóstico y tratamiento”, concluye la entidad.
¿Por qué duelen los huesos y las articulaciones cuando hace frío?
La Fundación Corachan de España explica que cuando hace frío y las personas comienzan a sentir molestias en “los huesos”, que se deben a los cambios de la temperatura, no es un dolor que esté atacando a los huesos, sino a las articulaciones.
“El frío y la humedad hacen que los músculos estén más contraídos y entumecidos, lo que provoca más contracturas y dolencias, pero no dolor en los huesos”, señala la institución sin ánimo de lucro. Aclara que las personas sí pueden sentir dolor en los huesos, pero solo pueden doler cuando se fracturan o reciben un golpe de consideración.
Sobre la teoría de que el frío sea uno de los causantes de la enfermedades reumática, la institución precisa que el clima “no influye en la prevalencia ni en las causas que desencadenan las enfermedades reumáticas, pero sí es cierto que el frío incide en la percepción o en la sensación de dolor sobre quienes padecen algún problema articular”.
En resumidas cuentas, el frío sí incide en el dolor articular, pero no causa las enfermedades reumáticas. De hecho, la Fundación Corachan explica el proceso que experimenta el cuerpo cuando hace frío: en primer lugar, el cuerpo se percata de la sensación del frío y luego el corazón disminuye el gasto cardíaco, provocando la desaceleración de la circulación de la sangre. Con lo anterior se aumenta la tensión muscular y, por último, los músculos se contraen y es cuando se nota la percepción del dolor.
“Aunque durante un clima de bajas temperaturas se produzca la sensación de dolor, no hay porqué alarmarse”, aclara la institución.
En palabras de la Fundación Corachan, lo más importante es que las personas atiendan los siguientes consejos cuando se presenten dolores en las articulaciones y en los huesos cuando hace frío: seguir con el tratamiento prescrito por el médico, en el caso de que tenga alguna enfermedad reumática y haya sido diagnosticado; abrigarse bien; evitar los cambios de temperatura; si es necesario o posible, adaptar el hogar y convertirlo en un lugar más cálido; aplicar calor local en la zona afectada para contrarrestar molestias articulares, en caso de que el dolor sea diario y constante; mantenerse activo es una de las mejores maneras de prevenir o ralentizar los síntomas de enfermedades reumáticas o dolores articulares.