El ácido úrico es un compuesto químico que se genera en el organismo como consecuencia de la descomposición de sustancias llamadas purinas, las cuales llegan al cuerpo a través de algunos alimentos y bebidas.
Cuando se produce, la sangre lo transporta y luego pasa por los riñones, donde la mayor parte se filtra y se convierte en orina. “Normalmente, el 80 % de lo que se produce diariamente se elimina a través de la orina, pero si la dieta habitual tiene un gran contenido en purinas, entonces puede producirse un efecto acumulativo en la sangre”, precisa información de la compañía prestadora de salud Sanitas.
A los niveles altos de ácido úrico en la sangre se les denomina hiperuricemia, indica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Este incremento puede ser causado por una dieta poco equilibrada y con un exceso de carnes rojas, pescado, mariscos y fructosa.
Según los expertos, la edad y el sexo también son factores de riesgo para que este compuesto se suba, pues los hombres menores de 65 años tienen un riesgo cuatro veces mayor que las mujeres de sufrir una hiperuricemia. Asimismo, el exceso de ejercicio físico y el sobrepeso pueden favorecer este problema de salud.
Los especialistas aseguran que cuando el nivel de este compuesto es muy elevado se producen la gota y los cálculos renales y se pueden presentar síntomas como: dolor en el dedo gordo del pie, dolor intenso e inflamación en las articulaciones, dificultades para orinar, taquicardias, dolor en las rodillas, fatiga y pueden aparecer bultos duros en las articulaciones.
La mejor forma de mantener los niveles indicados de esta sustancia es llevar una dieta sana y equilibrada, baja en sodio y realizar ejercicio de manera regular.
El cuidado con la alimentación
De acuerdo con información del portal Salud Mapfre, de España, hay unos alimentos que tienen un alto nivel de purinas y cuyo consumo se debería evitar completamente si las personas enfrentan este padecimiento. Se trata de la carne de cordero, ganso, perdiz, cerdo, res, vísceras, extractos y caldos de carne; pescados y mariscos como anchoas, sardinas, arenques, caballa, mejillones; levaduras de panadería y de cerveza. Los mariscos no deben consumirse ni frescos, ni enlatados.
“Comer carne de vacuno, cerdo o cordero dos o más veces a la semana aumenta un 50 % el riesgo de padecer un evento de gota y consumir atún y otros pescados azules una o más veces por semana aumenta el riesgo el 30 %”, asegura este sitio web.
Hay otros alimentos de los cuales se puede tener un consumo moderado como, por ejemplo, las lentejas, alubias y guisantes; vegetales como los espárragos, las espinacas y las setas, los cuales se pueden ingerir unas dos veces a la semana.
Sin embargo, las espinacas, aun teniendo una mayor concentración de purinas que un filete de carne cruda, no aumentan el riesgo de que la persona presente gota, asegura el portal de Salud Mapfre. Los pacientes también deben consumir de forma moderada pescados como el salmón y carnes de conejo, venado y partes magras del cordero.
Huevos, lácteos desnatados, arroz, pasta de trigo, aceitunas, tofu y la mayoría de las frutas y verduras, pueden consumirse todos los días, aunque tengan pequeñas cantidades de purinas.
Tratamiento
Cuando los niveles de ácido úrico están elevados, es importante consultar al médico para seguir el tratamiento indicado, pues en muchos casos los dolores pueden ser muy molestos.
El especialista puede recetar antiinflamatorios no esteroideos, si lo considera conveniente, con el fin de aliviar el dolor. También puede recomendar fármacos en dosis bajas al principio, las cuales pueden incrementarse con el tiempo.
Según información del portal Mejor con Salud, el tiempo del tratamiento puede ser entre seis y 12 meses. En ese período, las personas deben cuidar la alimentación y realizar ejercicio físico de intensidad leve a moderada, pero de manera regular.
Además de los medicamentos, también existen alternativas para aliviar las molestias causadas por la gota, como aplicarse compresas frías sobre las articulaciones doloridas, de acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Las Américas, de Chile.