Hay avances tecnológicos y científicos diferentes día tras día, los cuales permiten a la medicina tener un campo de acción mucho más amplio del que tenía años atrás. Cada vez son más los estudios que sientan las bases necesarias para comprobar que fármacos o tratamientos químicos tienen una influencia positiva sobre el organismo.
No obstante, mientras eso ocurre, profesionales de la salud siguen insistiendo en la importancia de la alimentación para el beneficio del cuerpo. Vitaminas, minerales y otros nutrientes están más presentes en productos de origen natural que en cápsulas, inyecciones o suplementos. Una dieta balanceada siempre es incluida entre las recomendaciones frecuentes.
“Llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. Sin embargo, el aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en los estilos de vida han dado lugar a un cambio en los hábitos alimentarios. Actualmente, las personas consumen más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio; por otra parte, muchas personas no comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética, como por ejemplo cereales integrales”, indica la Organización Mundial de la Salud.
Asimismo, la entidad internacional da las claves para reconocer cuándo una dieta es equilibrada. “La composición exacta de una alimentación variada, equilibrada y saludable estará determinada por las características de cada persona (edad, sexo, hábitos de vida y grado de actividad física), el contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos alimentarios. No obstante, los principios básicos de la alimentación saludable siguen siendo los mismos”, comenta.
De la misma manera, el organismo internacional detalló la importancia que tiene “limitar el consumo de azúcar libre a menos del 10% de la ingesta calórica total” y “mantener el consumo de sal por debajo de 5 gramos diarios (equivalentes a menos de 2 g de sodio por día)”.
Por ende, una de las mayores preocupaciones es la de tener un desayuno saludable. De acuerdo a los expertos, esta es la comida más importante del día, pues al tener más tiempo para digerirse, termina aportando más al organismo.
Justamente por ese motivo, es recomendado que los alimentos que hagan parte de esta parte del día sean balanceados. Proteínas, grasas saludables, carbohidratos, frutas y verduras deben estar presentes en un buen desayuno.
De acuerdo al portal de la Fundación del corazón, estas serían algunas indicaciones para tener un desayuno agradable que puedan ayudar a la salud, bajando el colesterol malo y el azúcar que afecta a la circulación.
- Lácteos como la leche, yogur, desnatados y quesos bajos en grasa. Si es intolerante a la lactosa, evítelos.
- Carnes magras y aves sin piel. No obstante, es importante retirar la grasa visible de la carne.
- Pescados de todo tipo, que pueden consumirse tres veces a la semana como mínimo. Cocínalos de forma sana y evita fritar.
- Legumbres, garbanzos, lentejas, guisantes, habas y judías secos.
- Cereales, arroz, maíz, galletas saltinas, harina, sémola, pastas alimenticias, biscotes tostados, cereales de maíz tostados sin azúcar.
- Frutas y verduras pueden estar presentes en toda la variedad que se desee, hasta en cinco raciones diarias.
- Grasas como el aceite de oliva, de preferencia virgen.
- Huevo, pero sin exceso. Es decir, hasta en dos o tres unidades a la semana.
- Bebidas limpias, como agua y refrescos sin azúcar. Evitar las bebidas alcohólicas.
Finalmente, doctores recomiendan que un desayuno nutritivo se acompañe de hidratación constante y una rutina de ejercicio. Es clave mencionar que la alimentación balanceada no excluye los tratamientos prescritos por especialistas. Quienes sufren del corazón o del azúcar pueden verse beneficiados con las propuestas anteriores, pero deben cuidarse.