La alimentación equilibrada, así como la práctica regular de ejercicio, son claves para mantener una buena salud. Cada día es mayor el interés de las personas por consumir alimentos saludables que puedan brindarles bienestar y un adecuado aporte nutricional.

Sin embargo, también es frecuente que de manera comercial se promocionen productos que pueden parecer sanos y beneficiosos para el organismo, pero que en realidad no lo son. Por esta razón, es clave recurrir a la información de las etiquetas y validar la tabla nutricional, con el fin de obtener los beneficios que realmente se están buscando para el organismo. Estos son, de acuerdo con especialistas, algunos de los alimentos que no necesariamente son saludables.

Ensaladas empacadas: las ensaladas que vienen en bolsa y que se pueden comprar en los supermercados son uno de esos alimentos que pueden considerarse como sanos, pero es posible que no lo sean. Si bien se trata de productos elaborados a base de vegetales, en algunas ocasiones estos son de baja calidad. Además, es común que estas ensaladas lleven varias semanas congeladas, lo que significa que no están tan frescas como indican en su etiquetado.

Adicionalmente, según información del portal Mejor con Salud, la mayoría de estas ensaladas viene acompañada de aderezos altos en sodio, edulcorantes y conservantes. En muchas ocasiones, las salsas contienen también grandes cantidades de azúcar, lo que puede resultar perjudicial para el organismo.

Bebidas vegetales: el auge de las bebidas vegetales ha venido en aumento y muchas personas que antes tomaban leche decidieron abandonarla por considerar que perjudicaba su salud. Un artículo publicado en el diario La Vanguardia, de España, asegura que estas bebidas no son tan buenas como parece, pues se trata de productos que contienen una gran cantidad de azúcar añadido, producto que es perjudicial para la salud.

Mezcla de frutos secos: con frecuencia las personas consumen las mezclas de frutos secos que venden en los supermercados o tiendas de autoservicio porque son considerados alimentos sanos. Sin embargo, su consumo en exceso puede ser perjudicial porque tienen exceso de sal, sulfitos que sirven como conservantes y, en algunas ocasiones, azúcar.

Jugo: cuando una persona toma jugo de frutas y verduras frescas, elimina su fibra, ingrediente clave que genera sensación de saciedad hasta la próxima comida. Esto lleva a que lo que se consuma sea el azúcar, que a corto plazo puede provocar cambios de humor y poca energía. En el largo plazo, hace que la persona pierda masa muscular, ya que los músculos dependen de estos nutrientes, según información del portal Cocina Delirante.

Barras de granola: muchas de las barras energéticas y granola comerciales tienen entre sus ingredientes el jarabe de maíz de alta fructosa, azúcar refinado, grasas saturadas y trans. El consumo de este último tipo de grasas se vincula con afectaciones a la salud cardiovascular, según un artículo publicado en la revista médica BMJ. Por este motivo es necesario minimizar su consumo.

Helado de yogur: según los expertos, muchas personas creen que al consumir este producto están eligiendo la opción más saludable cuando en realidad no es así. Por ejemplo, a estos helados se les añade una gran cantidad de azúcar refinada y los mismos saborizantes que los helados normales. Lo ideal es elaborarlo de manera casera con yogur natural y agregarle frutas.

Los expertos en nutrición recomiendan no dejarse llevar por las apariencias, pues es habitual que se camuflen productos de escasa calidad nutricional bajo embalajes y marketing atractivos, por ello lo más importante es recurrir a las etiquetas y validar de forma indicada la información en torno a sus componentes y las cantidades de los mismos.

De esta manera, se podrá comprobar lo que contiene realmente el producto que la persona va a comprar. Esto permitirá realizar una mejor elección entre alimentos saludables y aquellos que solo se deben consumir de modo puntual y en ocasiones particulares.