Particularmente, el ajo es conocido por ser un ingrediente con un sabor y olor particular que es usado por millones de personas en la cocina y que está lleno de nutrientes favorables para la salud; se caracteriza principalmente por su cáscara de color blanco. Aunque este es el más usado, también existe el ajo negro, el cual tiene origen japonés.

El ajo negro no es una variedad del ajo común, se trata del mismo ajo sometido a un proceso llamado reacción de Maillard y su nombre se debe al color de su contenido. Respecto a la cáscara es igual que el ajo blanco, solo que es un poco más seco. Sin embargo, al abrirlo, se puede observar su tono oscuro.

Para que el ajo se procese y se convierta en negro es necesario un proceso enzimático que se produce a unos 70 grados durante 30 o 40 días en unas condiciones de humedad específicas, luego requiere un periodo de aireado durante otros 30 días.

Durante todo este proceso, el ajo no solo cambia de color sino que pierde su sabor picante, obteniendo un sabor más peculiar, suave, dulzón y apenas tiene olor.

Para beneficiarse de sus propiedades, es aconsejable consumir de 1 a 3 dientes de ajo al día por la mañana en ayunas, no es recomendable consumirlo en horas de la noche ya que posee un efecto energético en el organismo que puede producir insomnio.

Vanesa León García, miembro del Comité de Prensa de la Asociación de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (Addinma), explicó en Cuídate Plus los beneficios del consumo del ajo negro para la salud.

“El ajo contiene un gran número de aminoácidos, las unidades estructurales básicas que conforman las proteínas del organismo. Por eso es recomendable para la formación y reparación de huesos, articulaciones, tendones o ligamentos. Es especialmente rico en el aminoácido cisteína, con actividad antioxidante. Además el ajo negro aporta todos los aminoácidos esenciales, denominados así porque el cuerpo no es capaz de fabricarlos y debemos ingerirlos a través de la alimentación”, explicó la experta.

Uno de sus efectos positivos es que ayuda a la prevención de enfermedades cardiovasculares. Según algunos ensayos clínicos, el ajo mejora la circulación sanguínea, disminuye la tensión arterial y ayuda a regular los niveles de colesterol en la sangre.

Según detalló la experta, el ajo negro tiene una textura más blanda que el ajo blanco: “Por esta razón el ajo negro se puede incluso llegar a untar y prepararse como base de tostadas de pan con un sinfín de ingredientes. También se puede adicionar a las recetas más tradicionales en sustitución del ajo blanco o incluso consumirlo directamente ya que su olor y sabor son más agradables”.

Aquí algunos de sus beneficios

Eficaz antioxidante

Su poder antioxidante es diez veces superior al del ajo, sobre todo por su alto contenido en vitamina C, que hace que resulte más fácil de asimilar por el organismo, y actúa protegiendo los radicales libres.

Fortalece las defensas

Aumenta las defensas por sus propiedades antisépticas y antibacterianas, siendo además una fuente de aminoácidos esenciales.

Previene enfermedades cardiovasculares

Regula la presión arterial y ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares al disminuir la cantidad de triglicéridos y de colesterol, mejorando también la fluidez de la sangre.

Revitalizante natural

Se destaca asimismo por ser un torrente de proteínas y por aportar una gran cantidad de colágeno. El producto elimina la fatiga, mejora la fuerza física e incluso tiene la posibilidad de reducir el riesgo de contraer resfriados. Un solo diente de ajo tiene el mismo poder energizante que una cabeza de ajo blanco en crudo.

Además, contribuye a eliminar líquidos por sus cualidades diuréticas derivadas del potasio y actúa también en el estado de ánimo. Por su contenido en nutrientes esenciales, reguladores del sistema nervioso, este alimento es antidepresivo y antiestrés.