El vinagre de manzana y el bicarbonato de sodio son algunos de los productos más utilizados en la actualidad. Por su versatilidad se pueden implementar en diferentes situaciones y por eso es muy común encontrarlos en cualquier hogar.
Asimismo, estas dos sustancias se han venido utilizando en el último tiempo con fines medicinales, en su mayoría, para prevenir y combatir distintas afecciones o malestares. Además, por sus múltiples propiedades suelen ser muy usados para tratamientos estéticos.
De igual manera, es necesario destacar que el vinagre de manzana y el bicarbonato de sodio tienen algunos componentes en común y otros que no lo son. Por eso, es válido comprender bien cada una de estas sustancias.
Por un lado, el vinagre de manzana es un remedio muy popular que se ha utilizado en el mundo desde hace cientos de años y que en la cocina es apetecido para cumplir con diversos propósitos. Se dice que este alimento fermentado posee propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antimicrobianas, según indica el portal de bienestar y salud Tua Saúde.
Por su parte, el bicarbonato de sodio “también es conocido como carbonato de sodio, bicarbonato de sodio o sal de Vichy. Se trata de un mineral que se obtiene del natrón, un mineral de la naturaleza y puede diluirse en agua produciendo un efecto de efervescencia o reacción química. Es el antiácido por excelencia. Por lo general se recomienda su uso para combatir la pirosis, hiperacidez, ardor estomacal, etc”, explica el portal Nutrición y Farmacia.
Cuando estos dos elementos se combinan sus propiedades se incrementan y por eso, la plataforma UnCOMO menciona los beneficios que tiene el juntar el vinagre de manzana con el bicarbonato de sodio:
- Propiedades diuréticas: “reduce la retención de líquidos y limpia el trato urinario previniendo así posibles infecciones”, indica el portal.
- Propiedades cardiovasculares: “regula los niveles altos de colesterol y triglicéridos”.
- Propiedades depurativas: “favorece la circulación sanguínea y reduce la acumulación de toxinas en la sangre”.
- Propiedades digestivas: “regula la flora intestinal y mejora algunos problemas estomacales”.
- Propiedades quemagrasas: “acelera el metabolismo y disuelve las grasa acumuladas en el organismo”.
- Propiedades alcalinizantes: “evita la producción de acedosis en el cuerpo, favoreciendo así la eliminación de ácidos a través de los riñones”.
- Propiedades antisépticas: “elimina la acumulación de células muertas y otras impurezas tanto del rostro como del cabello”.
- Propiedades astringentes: “regula el pH natural de la piel y elimina el exceso de grasa tanto del pelo como del rostro”.
- Propiedades anti-edad: “previene el envejecimiento prematuro de la piel y atenúa los primeros signos como arrugas y líneas de expresión”.
- Propiedades blanqueadoras: “atenúa las manchas oscuras del rostro y unifica el tono natural de la piel”.
- Propiedades antiinflamatorias: “reduce la resequedad y otras molestias relacionadas como la irritación, picores y dolor en las áreas de la piel y del cabello afectadas”, concluye el sitio.
Otros beneficios que puede tener el bicarbonato de sodio:
Baño
El baño es uno de los lugares en los que más se acumula humedad. El bicarbonato es un ingrediente que tiene propiedades antifúngicas, según señala una investigación de la Universidad de Estrasburgo (Francia). Aplicar bicarbonato de sodio mezclado con agua ayuda a eliminar los hongos que se acumulen en las paredes.
Manchas de aceite
Para quitar las manchas de aceite de la ropa, el bicarbonato de sodio es una gran opción. El sitio web Mejor con Salud explica cómo se deber realizar el procedimiento con este producto para remover las manchas de aceite en las prendas de vestir.
- En primer lugar, se debe humedecer la zona de la mancha de aceite.
- Para quitar la mancha se prepara la mezcla de bicarbonato de sodio y un poco de agua. Lo importante es que se produzca una pasta (agregar más bicarbonato de sodio si es necesario).
- Aplicar la pasta blanca en la zona afectada.
- Con un cepillo de dientes, que ya no se utilice, o un cepillo de lavar, frotar en la mancha.
- Finalmente, lavar la prenda, ya sea a mano o en la lavadora.