La intolerancia a la lactosa, ser vegano o buscar una nueva opción que no sea la leche de origen animal, son algunos de los factores por los cuales las personas buscan nuevas opciones como la leche de almendras o la de avena.

De acuerdo al portal Menshealth, la leche de avena es rica en betaglucanos, también contiene fibras que reducen el colesterol. “750 ml al día reducen los niveles en un 6 % en cinco semanas”, explican en el mencionado sitio web.

En Menshealth también destacan que la leche de avena estimula la longevidad. Por otra parte, esta bebida es rica en vitamina B12 y su sabor la hace diferente ante otras opciones de leches de origen vegetal, pues es cremosa y no contiene alérgenos de frutos secos.

La leche de avena se destaca por ser más digestiva que la de vaca, aporta vitamina B que sirve para proteger y regular el sistema nervioso central.

Ante los problemas intestinales, la leche de avena es útil para regular la flora debido a su aporte de fibra vegetal. La recomendación que hacen en Mejor con salud es consumirla por la mañana en el desayuno, acompañando a la taza de café.

Para su preparación, en Mejor con salud aconsejan esta receta:

Ingredientes

  • 6 cucharadas soperas de copos de avena (60 g).
  • 4 tazas de agua (1 litro).

Preparación

  • Colocar la avena en el vaso de la licuadora.
  • Agregar el agua y mezclar bien (tiene que quedar un líquido blanquecino).
  • Colar con ayuda de una malla o tela (también puede servir el filtro de café).
  • Usa el líquido como leche y los restos para postres y otras preparaciones.

Por su parte, la leche de almendras se caracteriza por ser una rica fuente de vitamina D. Una sola taza de leche de almendras contiene el 25 % de la cantidad de esta vitamina que el cuerpo necesita diariamente.

Medio litro de leche de almendras contiene la dosis diaria de calcio, el cual es esencial para que los músculos rindan mejor. Esta bebida también ayuda a elevar los niveles de testosterona. “Es baja en azúcar, rica en vitamina D, tiene pocas calorías y no contiene gluten”, explican en Menshealth.

Las almendras contienen un 50 % de grasa y un alto contenido de calorías, pero la leche de almendras comercial es una bebida baja en calorías. Esta característica indica que se puede beber mucha leche de almendras sin aumentar de peso.

“Una taza de leche de almendras contiene solo 39 calorías, la mitad de las calorías de una taza de leche descremada”, resaltan en el portal Medical News Today.

También es importante entender que no toda la leche de almendras es igual. Pues La leche de almendras casera y ciertas marcas pueden variar en su contenido de calorías, dependiendo de la cantidad de almendras que contengan por taza.

Otra circunstancia que los especialistas aconsejan que se debe tener en cuenta, es que algunos productos que hay en el mercado pueden tener azúcar agregado, un ingrediente que se debe evitar para obtener los máximos beneficios para la salud, así lo destacan en Medical News Today.

Ingredientes

  • 1 taza de almendras (155 g)
  • 3 tazas de agua (750 ml)
  • 1 rama de canela (opcional).
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional) (5 g)

Preparación

  • Colocar las almendras en un recipiente hondo y cubrirlas con bastante agua. Debe asegurar que el agua sea suficiente, ya que las almendras se hincharán.
  • Dejarlas en remojo toda la noche.
  • Al día siguiente, enjuagar bien las almendras, escurrirlas y ponerlas en la licuadora.
  • Agregar las tres tazas de agua y procesar todo muy bien hasta que las almendras se hayan hecho polvo.
  • Colar el líquido para separar la leche de los restos de almendras y conservar en un frasco de cristal.
  • Si le pone una varita de canela la leche se puede conservar mejor.
  • De manera opcional se puede agregar un poco de vainilla para darle un sabor más agradable.