Una multitud de frutas y verduras tienen la característica de ser de gran utilidad para un estilo de vida saludable, así como lograr adelgazar y bajar significativamente las posibilidades de padecer enfermedades crónicas.
En especial, hay que centrarnos en el brócoli, una verdura crucífera que se distingue por sus cabezas florales que son comestibles y son catalogadas como “inflorescencias”. Su sabor es crujiente y permite ser adaptado en diversas maneras de preparación culinaria, sea por una ensalada, plato a vapor, asado o utilizado en una simple sopa.
Este es un alimento con grandes propiedades y que aporta al organismo vitaminas C, B1, B2, B3, B6, además de elementos esenciales como el calcio, potasio, selenio, fósforo, magnesio y hierro; sin embargo, muchas personas prefieren evitarlo en la cocina al no saber cómo se prepara de la manera correcta.
En ese sentido, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo diario de brócoli contribuye a prevenir enfermedades como cardiopatías, diabetes, obesidad y el cáncer. Además, tiene estos otros beneficios:
- Protege los ojos: es una verdura que contiene zeaxantina y betacarotenos, compuestos que cuidan la salud ocular, y la luteína, que se encarga de defender el ojo de enfermedades como las cataratas.
- Disminuye la ansiedad: este vegetal tiene un antioxidante llamado sulforafano, es una vitamina perteneciente al grupo B y glutamina, sustancias que mejoran el estado de ánimo y protegen el sistema nervioso.
- Mejora la salud cardiovascular: contribuye a eliminar el colesterol malo y reemplazarlo por el bueno. De esta manera ayuda al corazón y a evitar afecciones cardiovasculares. También, su alto contenido de cromo, regula la presión arterial.
- Cuida el sistema digestivo: tiene gran cantidad de fibra y fitonutrientes que mejoran y aceleran las digestiones. Gracias a ello, funciona contra la acidez y el estreñimiento.
- Protege la piel: sus antioxidantes, vitaminas y ácidos grasos Omega 3 se encargan de mantener la piel sana, suave y brillante. Asimismo, evita el envejecimiento prematuro.
- Previene la anemia: el brócoli aporta nutrientes, como el hierro, las proteínas y la clorofila, la cual sirven para prevenir y combatir dicha afección.
- Depura el organismo: los antioxidantes que contiene esta verdura facilitan la eliminación de toxinas, radicales libres y ácido úrico.
- Cuida la salud ósea: ayuda a fortalecer los huesos, gracias a su alto contenido de calcio, fósforo, zinc y magnesio.
- Es recomendable para las mujeres embarazadas: el brócoli tiene ácido fólico y fósforo que contribuyen al desarrollo del feto.
Cabe aclarar que el investigador Diego A. Moreno, experto en estudios sobre alimentos de origen vegetal, recomienda consumir a la semana entre tres a cinco porciones de brócoli, cada una con un peso de 100 a 150 gramos.
¿Cómo cocinar el brócoli de forma correcta?
Lo primero que se debe hacer es prestar atención a la hora de comprarlo; si tiene un tono amarillo no lo haga, pues se aconseja que tenga un color verde intenso, lo que indica que tiene activas todas sus propiedades y que está en el punto correcto para ser consumido.
Para prepararlo se recomienda colocarlo en un bol con agua, es bueno agregarle unas gotas de vinagre para que el olor del brócoli no se expanda por toda la casa. Otro truco es que los ramilletes que se cortan sean del mismo tamaño para que la cocción se dé por igual en todos ellos.
Lo siguiente es llevarlos a un sartén a fuego medio con una cucharadita de sal. Se debe dejar que hierva y ese será el momento indicado para meter el brócoli cortado y cuando el agua vuelva a hervir, hay que calcular entre 3 y 4 minutos para retirarlo del fogón.
A continuación lo podrá disponer sobre una bandeja para empezar a emplatar; si no planea utilizarlo de inmediato, devuélvalo al bol y almacénelo con hielo para consumirlo minutos después. Si quiere preservarlo, dispóngalo en un recipiente hermético y guárdelo en la nevera.