A la fecha, se conoce la canela como una de las especias más populares del mundo, esta puede acompañar ponches o sidras y ser disfrutada en numerosos platillos.
Cosechada de la corteza de una planta tropical de hoja perenne, la canela ha sido utilizada en la medicina ayurvédica para tratar problemas respiratorios y digestivos durante siglos. Por ejemplo, los antiguos egipcios la usaban como perfume durante el proceso de embalsamamiento, mientras que los romanos la utilizaban en las piras funerarias para cubrir el olor de la carne quemada.
De acuerdo con Lauri Wright, vocera de la Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos, “la medicina comenzó con las hierbas y las plantas. Entonces casi cerramos el círculo, ya que ahora estamos volviendo y probando lo que algunas de estas sustancias vegetales pueden hacer por la salud”.
¿Qué tipos de canela existen?
La ceilán o Cinnamomum verum, que se cultiva en Sri Lanka y la C. cassia, C. loureiroi y C burmannii, son los dos tipos de canela producidas en China e Indonesia. La canela cassia tiene el sabor y el olor más fuertes de las dos y, debido a su costo mucho más bajo, es la que las personas compran en la tienda para usarla en la comida.
La cassia puede contener concentraciones relativamente altas de cumarina, un compuesto que puede dañar el hígado. Un estudio de 91 muestras de canela de varias tiendas en Alemania encontró 63 veces más cumarina en el polvo de canela cassia que en el polvo de canela ceilán. Los palitos de cassia, que parecen una gruesa capa de corteza enrollada, también contienen 18 veces más cumarina que los palitos de ceilán, que tienen capas delgadas.
Según informó la dietista certificada Melinda Maryniuk, “un desafío de algunas de estas soluciones a base de hierbas, debido a que no son un medicamento regulado, es que las personas no saben exactamente lo que están comprando. Muchas cosas afectan la composición del producto: dónde se cultiva, el suelo, las condiciones de crecimiento, incluso cómo se almacenó y secó la especia”.
Diabetes y colesterol
La vocera Wright señaló que “la evidencia más sólida radica hasta ahora en la diabetes y la promesa del control del azúcar en la sangre”, lo anterior, apuntando a estudios en tubos de ensayo y ratones e incluso pequeños estudios en personas que muestran que la canela ayuda con la sensibilidad a la insulina y el transporte de la glucosa a la vez que disminuye la inflamación.
Por su parte, la bioquímica Amy Stockert, quien estudia la composición de la canela en la Universidad del Norte de Ohio, destacó que “muchos de los estudios han sido en mujeres posmenopáusicas y hombres de esa edad. Algunos han encontrado efectos positivos, otros estudios no“.
Stockert fue coautora de un pequeño estudio de 18 personas con diabetes tipo 2 que mostró que la variedad cassia era más efectiva que la dieta sola para reducir los niveles de glucosa en sangre. De hecho, su estudio encontró que era comparable a los medicamentos orales para la diabetes. Por ello, la FDA recomienda consumir 6 gramos de canela al día.
Demencia, VIH y cáncer
Las propiedades antioxidantes de la canela también se están estudiando por su impacto en la formación de las placas y los ovillos de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.
El cinamaldehído, un compuesto responsable del olor dulce de la especia, y la epicatequina, un poderoso antioxidante que también se encuentra en los arándanos, el vino tinto y el chocolate, parecen ofrecer cierta protección contra el estrés oxidativo que daña a la proteína tau, un actor clave en el desarrollo de la demencia.
Otro estudio encontró que un componente de la canela ceilán tiene el mismo efecto. Sin embargo, la investigación se ha dado solo en ratones, ratas y placas de Petri de laboratorio.
La especialista Wright aseguró que gracias a sus compuestos, “la canela puede funcionar como un antiinflamatorio o antioxidante, protegiendo el cuerpo a nivel celular de las cosas malas que suceden al eliminar los productos de desecho y mantener las células sanas”.
Finalmente, la canela y otras plantas medicinales tradicionales de la India también se están probando en la lucha contra el VIH. Un estudio encontró que el té verde, la baya del saúco y algunos extractos de canela ricos en flavonoides impidieron que el virus ingresara e infectara ciertas células.