Para nadie es un secreto que los cereales son uno de los platos favoritos a la hora de desayunar de la mayoría de familias, y más de los niños. Son muchas las personas que los consumen de forma diaria, formando parte de la dieta habitual y teniendo, por lo tanto, efectos directos sobre la salud.
Según los expertos de Quaker Latam, los cereales son, por excelencia, fuente principal de energía que el organismo necesita para realizar actividades diarias y también fuente importante de fibra cuando se consumen enteros. Entre los nutrientes que contienen están las vitaminas, minerales, fibra e hidratos de carbono.
Sin embargo, en los últimos años se les ha demonizado por la alta cantidad de azúcar añadido que contienen entre sus ingredientes y quizás, por este motivo, los hayan descartado de sus desayunos.
Lo cierto es que no son malos. Cristina Morillo, nutricionista de BluaU de Sanitas, cuenta cómo elegir los mejores y más saludables cereales.
El azúcar añadido es uno de los principales problemas del consumo de cereales de desayuno, así como también lo es el tipo de cereal. “Si se trata de un cereal refinado o, lo que es lo mismo, no integral o de grano entero, el comportamiento en nuestro organismo es similar al del azúcar, ya que no contiene la fibra que poseen estos cereales de manera natural, encargada de enlentecer la absorción de los carbohidratos”, explica la nutricionista.
Por eso hay que distinguir los diferentes tipos que se pueden encontrar para el desayuno, ya que es un producto que se obtiene industrialmente a partir de diferentes tipos de cereales, destacando el trigo, el maíz, el arroz y la avena.
Estos son sometidos a diferentes procesos, momento en que se le suelen añadir diferentes ingredientes como azúcar, miel, caramelo, frutas o chocolate, entre otros. Así, los componentes nutricionales de cada uno de ellos varía enormemente.
Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), estos son los tres tipos diferentes de cereales:
- Cereales integrales: suelen tener forma de copos y es la forma más simple de procesar los cereales. Si se consumen acompañados de leche, yogur o zumo aumenta el valor nutritivo.
- Copos procesados: se elaboran con una harina más o menos refinada y no del grano entero. Suelen estar adicionados de sal o azúcar para darles sabor, además de estar enriquecidos en vitaminas y minerales para compensar las pérdidas de estos nutrientes al emplear harinas refinadas.
- Cereales inflados: se elaboran insuflando aire a presión en pequeños fragmentos de masa hecha con la harina de diversos granos. El producto resultante es esponjoso, ligero y crujiente, pero menos nutritivo que los copos de cereales integrales.
¿Qué cantidades de azúcar serían razonables en unos cereales?
Hay que tener presente esta proporción: 5:100. Porque como cuenta Cristina Morillo a la revista Telva, “podemos decir que un cereal sería rico en azúcares cuando contenga más de 5 gramos de azúcares por 100 gramos de producto”, por lo que es recomendable que tenga valores inferiores a estos si queremos asegurarnos de tomar un producto que nos permita ser saludables.
¿Cuáles son los cereales más saludables para el desayuno?
La nutricionista recomienda que no hay que hacerle caso a ciertas alegaciones a la salud que aparecen en la publicidad de este alimento, “tampoco a las imágenes de chicas delgadas, cinta métrica, básculas, ni a las palabras que evocan salud o cuidarse (como slim, fit, healthy...)”.
Y añade: “Entre los cereales saludables que podemos encontrar en supermercados y/o tiendas de herbodietéticas se encuentran los copos de espelta, cebada, avena, amaranto, quinoa, etc. al natural o también hinchados. Eso sí, aunque compremos estos cereales en herbolarios o parafarmacias o aunque sean ecológicos, revisemos, de nuevo, el etiquetado nutricional, ya que pueden y suelen existir opciones menos saludables”.
Cabe resaltar que, “Como cualquier otro cereal, además de contener vitaminas y minerales, su función principal es energética, por lo que son recomendados para aportar vitalidad. Además, al elegir una opción saludable, aportan un contenido muy interesante en nuestra dieta de fibra, ésta nos provoca una mayor saciedad y, por tanto, que no tengamos hambre en unas horas, concluye la experta.