El cáncer de pulmón es un cáncer que se forma en los tejidos del pulmón, generalmente en las células que recubren los conductos de aire.
De acuerdo con el American Cancer Society, el cáncer pulmonar es un tipo de cáncer que se inicia en los pulmones. El cáncer se origina cuando las células del cuerpo comienzan a crecer sin control. Cabe resaltar que el cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en todo el mundo.
Hay dos tipos principales, cáncer de pulmón de células pequeñas y cáncer de pulmón de células no pequeñas. Estos dos tipos crecen de manera diferente y se tratan de manera diferente. El cáncer de pulmón de células no pequeñas es el tipo más común, según el portal especializado en salud MedlinePlus.
Los especialistas de la Clínica Mayo señalan que las personas que fuman tienen el mayor riesgo de presentar cáncer de pulmón, aunque el cáncer de pulmón puede ocurrir en personas que nunca han fumado.
En concreto, se sabe que dejar de fumar puede llegar a ‘curar los pulmones’, dejándolos incluso sin secuelas cuando pasa cierta cantidad de tiempo. Esto es cierto hasta determinado punto, según explica Norman Edelman, asesor científico senior de la Asociación Americana del Pulmón a LiveScience.
De acuerdo con Edelman, tan pronto como se inhala el humo del tabaco, cientos de sustancias químicas inflaman e irritan el tejido pulmonar interno, un efecto que puede durar incluso varias horas.
Esto quiere decir que la mucosidad natural de dicho tejido y el polvo inhalado se vuelven más complicados de limpiar, e incluso se produce un aumento del espesor de dicha mucosidad con el paso del tiempo. Por lo tanto, provoca la tos y la posible obstrucción de determinadas zonas de los pulmones, aumentando el riesgo de sufrir infecciones pulmonares como la enfermedad pulmonar crónica o EPOC.
Ahora bien, la expectativa de vida para los fumadores es al menos 10 años menor que la de los no fumadores. Dejar de fumar antes de los 40 años reduce en alrededor del 90 % el riesgo de morir de una enfermedad relacionada con el hábito de fumar como lo es el cáncer de pulmón, según el portal Cancer.Org.
Afortunadamente, existe una planta capaz de fortalecerlos y limpiarlos: la cúrcuma. El magacín Medical News Today señala que esta especie aumenta la función inmune del organismo debido a que aporta antioxidantes, tiene propiedades antivirales, antiinflamatorias y antibacterianas.
Además, gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, la cúrcuma es un aliado perfecto para mejorar la circulación de la sangre, ya que contrarresta la acción de radicales libres y tóxicos en el organismo, según el portal de salud y bienestar GastrolabWeb.
Jugo de jengibre, cebolla y cúrcuma
Al combinar la cúrcuma con la cebolla, este remedio es capaz de abrir los bronquios, desinflamar los alvéolos y favorecer la eliminación de la mucosidad y las sustancias nocivas.
Ingredientes:
- 50 g de raíz fresca de jengibre.
- 1 cucharada pequeña de cúrcuma.
- 1 cebolla.
- 2 cucharadas de miel.
- 1/2 litro de agua.
Preparación:
- Hervir el agua y cuando haya alcanzado el punto de ebullición, agregar la cebolla pelada y cortada, el jengibre a rodajas y la miel.
- Dejar cocinar durante unos 40 minutos a fuego medio e ir removiendo para que todo se integre.
- Cuando la mezcla esté un poco espesa, apagar el fuego y tapar la olla.
- Luego, dejar que repose durante 60 minutos y, pasado este tiempo, colar el preparado.
- Verter el jugo obtenido en un frasco de vidrio oscuro y tomar dos cucharadas por la mañana y otras dos por la tarde.