El cuidado de los ojos y la preservación de la salud ocular es un tema que interesa a muchos. Los ojos, aparte de ser uno de los sentidos del organismo, son muy importantes para la realización de actividades diarias.
Según la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), el uso de lentes de contacto se ha intensificado con el pasar de los años, sea de colores, transparentes, con o sin aumento.
No obstante, el uso de estos cristales no es del todo beneficioso y esa agencia norteamericana indica que pueden ocasionar infecciones oculares graves y úlceras corneales; en una gran parte de los casos los signos aparecen por un mal cuidado y falta de atención.
Desde luego, la FDA se ha encargado de regular el uso de estos elementos que brindan comodidad o mitigan el uso de gafas y suelen funcionar como dispositivos médicos. En ese sentido, para reducir el riesgo de infección se necesita de una higiene adecuada, además de visitar a un optómetra por lo menos una vez al año, aconsejan varios especialistas en salud.
Existen dos categorías generales de los lentes de contacto: blandos y rígidos permeables al gas (RPG), los primeros se caracterizan por ser de un plástico flexible que permite el paso de oxígeno a la córnea. En cuanto a los RPG, son durables y enfocan la visión. Cuando se trata de lentes coloridos, usualmente suelen ser de la primera categoría, es decir, blandos.
De acuerdo con una publicación de Elsevier, editorial de libros de medicina y escrituras científicas, se estima que hasta el 89 % de los nuevos usuarios de lentes en el mundo se inclinan por los blandos y por ello es necesario promover su buen uso y minimizar el riesgo de aparición de complicaciones.
Por otro lado, los tipos específicos de lentes de contacto son de uso prolongado, desechables o reemplazables, diseñados para la ortoqueratología -procedimiento de ajuste de visión- y lentes cosméticos.
Sea cual sea la cualidad del lente, la FDA advierte que es necesario no utilizarlos sino se cuenta con una prescripción médica, ya que el ojo no tiene la necesidad de ajustarse a estos elementos y, por más estéticos que se vean, pueden impactar al órgano visual.
“Usted debe contar con una receta para cualquier tipo de lentes de contacto, pues no son unitalla”, explican.
Así las cosas, el organismo responsable de la regulación y comercialización de estos productos en EE. UU. da a conocer que las personas que utilizan lentes de contacto de color, o cualquier otro, corren el riesgo de sufrir infecciones como conjuntivitis, abrasiones corneales e irritación.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) detallan que cuando un sujeto sufre de conjuntivitis la parte blanca del rojo suele ponerse de color rojo o rosada, esta es una afección contagiosa que se puede transmitir al tocar o darle la mano a otra persona, toser o estornudar, y tocar superficies u objetos contaminados con microbios.
Sumado a esto, la FDA alerta que la conjuntivitis no es la única complicación que se produce por el uso de pupilentes, también pueden aparecer úlceras corneales, que son llagas abiertas en la capa exterior de la córnea, consignan.
Aquellas complicaciones que impactan a los ojos pueden ser prevenidas y controladas, siempre y cuando los sujetos que utilizan lentes de contacto lo hagan de manera responsable. Las complicaciones por uso de estos elementos se contrarrestan con acciones, como:
- Usar una solución para lentes de contacto multiusos y reemplazar el estuche de los pupilentes, por lo menos cada tres meses.
- Quitarse siempre los lentes de contacto antes de nadar.
- No exponer los lentes de contacto a ningún tipo de agua.
- No poner los lentes de contacto en la boca ni usar saliva en ellos.
- No transferir soluciones para lentes de contacto a envases de bolsillo más pequeños.
- Nunca desatender los síntomas de infección o irritación de los ojos que puedan estar relacionados con el uso de lentes de contacto.