Es bien sabido que la proteína de la carne de res, de la carne de pollo y del pescado es un importante nutriente para la dieta de las personas; sin embargo, también puede ser un ambiente ideal para bacterias nocivas.
De acuerdo con un artículo publicado por la Organización Mundial para la Salud (OMS), una revisión de 22 expertos concluyó que el consumo de carne podría ser cancerígeno y estar asociado con el cáncer colorrectal, una de las principales causas de muerte alrededor del mundo.
Se ha encontrado también una conexión entre el consumo regular de carne roja con el aumento de los niveles de una sustancia química que se relaciona directamente con las enfermedades cardiacas, según Medline Plus, se trata del N-óxido de trimetilamina (TMAO, por sus siglas en inglés).
Según la investigación, el consumo de carne roja podría aumentar el riesgo de tener un ataque al corazón o un accidente cardiovascular, algo que redujo notablemente en personas que fueron estudiadas después de que dejaron de comer carne roja y cambiaron su dieta que incluían pollo o vegetales.
Según los autores, el aumento de la TMAO y los metabolitos relacionados encontrados en la sangre explicaban aproximadamente una décima parte de este riesgo elevado. También señalaron que el azúcar en sangre y las vías generales de inflamación pueden ayudar a explicar los vínculos entre el consumo de carne roja y las enfermedades cardiovasculares.
El azúcar en sangre y la inflamación también parecen ser más importantes en la relación entre el consumo de carne roja y las enfermedades cardiovasculares que las vías relacionadas con el colesterol en sangre o la presión arterial. El consumo de pescado, aves de corral y huevos no se relaciona significativamente con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Como si pareciera poco, los científicos de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, encontraron que el consumo de carne roja es responsable de casi una de cada 10 muertes que ocurren prematuramente.
La investigación que hace parte de otro estudio a los que se mencionan anteriormente, siguió a 37.698 hombres entre 1986 y 2008 y a 83.644 mujeres entre 1980 y 2008.
Durante el periodo de estudio los participantes respondieron cuestionarios sobre sus hábitos alimenticios cada cuatro años y al final se documentaron casi 24.000 muertes, de las cuales unas 6.000 fueron por enfermedad cardiovascular y unas 9.500 por cáncer.
Al comparar los resultados los científicos encontraron que las personas que consumían una porción de carne roja no procesada cada día mostraron un incremento de 13% en el riesgo de morir prematuramente por cualquier causa. El riesgo de morir por enfermedad cardiovascular fue de 18% y el de morir por cáncer de 13%.
A mitad del año pasado salió a la luz otro estudio, esta vez realizado por la revista científica ‘Arteriosclerosis, Thrombosis, and Vascular Biology’, en el que aseguran que Las sustancias químicas producidas en el tracto digestivo por los microbios intestinales después de comer carne roja pueden ayudar a explicar parte del mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) asociado al consumo de este alimento.
En todo el mundo, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte. Aunque el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular, incluidos el infarto y el ictus, aumenta con la edad, otros factores de riesgo están influidos por el estilo de vida.
Aunque la carne roja es fuente de zinc y puede ayudar a la visión dentro de sus contraindicaciones, también se menciona el aumento de acidez que puede afectar los riñones y provocar diabetes, por lo que se recomienda llevar a cabo una dieta que tenga frutas y verduras con una leve porción de esta proteína, indica Tua Saúde.
Así mismo, el consumo de carne puede generar infecciones intestinales que pueden ser provocadas por bacterias propias del animal que contaminan el producto, colocando en riesgo la salud del organismo. Por lo anterior se sugiere una adecuada higiene antes y después de la manipulación de la carne.
*Con información de Europa Press