Llegó diciembre con su alegría. Pero también con excesos que pueden afectar nuestros oídos sino se toman precauciones.
Es que el exceso de ruido al escuchar música más fuerte de lo normal o hacer un mal uso de los juegos pirotécnicos pueden ocasionar daños, en algunos casos de forma irreversible, en el sistema auditivo.
Según el Instituto Nacional de Salud (INS), en la primera semana de diciembre van más de 240 quemados con pólvora, 99 de ellos menores de edad. En diciembre de año pasado, esa cifra fue de más de 600 personas, lo que superó en un 40 % el número de víctimas reportadas en 2020.
Y aunque las víctimas por la inadecuada manipulación de pólvora enfrentan especialmente, en la mayoría de los casos, quemaduras graves y amputaciones, el oído también se ve seriamente lesionado al estar expuesto al sonido fuerte de los fuegos artificiales.
Aunque no lo crea, escuchar música por encima de los 120 decibeles, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), no es recomendable toda vez que las personas pueden terminar con un daño auditivo en cuestión de segundos. Además, si el oído recibe sonidos superiores a los 85 decibeles durante ocho horas o más, puede terminar con daños irreversibles.
Los científicos lo han dejado claro: la exposición prolongada a un sonido que supere los 80 decibeles empieza a poner en riesgo la salud auditiva en el corto, medio o largo plazo.
Basta poner un ejemplo. Un poco más de 100 decibeles es la intensidad de sonido que produce una taladradora, de esas que abren huecos en las vías, o la bulla que se siente al interior de una discoteca o centro nocturno.
En Colombia, según el Ministerio de Salud, se ha establecido que los 7 millones de personas que tienen algún tipo de pérdida auditiva, no tuvieron una detección temprana o un diagnóstico médico debido a que no siempre cuando se presenta una afección de esta índole, el paciente recurre a un especialista.
“Pueden ser muy fuertes los efectos que produce la explosión por pólvora en sentidos como el oído, así como la música a todo volumen. Puede desencadenar un trauma acústico, acompañado de una lesión coclear y la aparición de pérdida auditiva leve, moderada o severa, obviamente dependiendo de lo cerca que esté la persona de la fuente explosiva”, comenta el audiólogo Jonathan Bareño, de ME-DEL, compañía austríaca productora de implantes cocleares y soluciones auditivas
Jóvenes, los más vulnerables
Una investigación publicada en la revista British Medical Journal Global Health calcula que entre 670 y 1.350 millones de adolescentes y adultos jóvenes en el mundo están en riesgo de perder su audición al exponerse a prácticas de escucha inseguras, de las que también hacen parte el utilizar audífonos a volumen exagerado.
Según la publicación, el 23,8 % de los jóvenes que emplean dispositivos de audio personales a intensidad elevada y casi la mitad de los que acuden a lugares de entretenimiento ruidosos, como bares o discotecas, corren peligro de sufrir algún tipo de sordera o daño auditivo.
De ahí que la comunidad médica advierta “la necesidad urgente” de impulsar, desde niños, hábitos de escucha seguros.
La OMS explica que en el daño a la salud auditiva influyen la intensidad del ruido y el tiempo de exposición. Por lo que quienes utilizan dispositivos de audio portátiles pueden exponerse, en 15 minutos de música a 100 decibeles, al mismo nivel de sonido que un obrero del sector industrial en una jornada de ocho horas de trabajo a 85 decibeles.
Los límites de volumen del oyente típico están entre los 75 y los 105. Cifras que, para la OMS, son “motivo de preocupación”.
La investigación publicada en la revista British Medical Journal Global Health indica que, teniendo en cuenta que la población global estimada de personas de entre 12 y 34 años es, en 2022, de 2.800 millones, se puede concluir que entre 670 y 1.350 millones de personas en todo el mundo “podrían estar en riesgo de pérdida de audición debido a prácticas de escucha recreativas voluntarias e inseguras”.
¿Por qué sucede? “Cuando las personas están expuestas a sonidos fuertes, las células sensoriales y otras estructuras en el oído pueden fatigarse y eventualmente dañarse. La fatiga de las células sensoriales a menudo resulta en tinnitus y/o pérdida temporal de la audición. Si las personas están expuestas regularmente a sonidos fuertes o prolongados, este daño puede volverse permanente, lo que provocaría una pérdida auditiva irreversible, tinnitus o ambos”, indica Lauren Dillard, investigador postdoctoral de la Universidad de Carolina del Sur y autor del estudio.
Se calcula que 446 millones de personas, es decir más de 5% de la población mundial, tiene una pérdida auditiva incapacitante y que 1 de cada 10 perderá el oído en 2050, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Colombia, se calcula en más de 500.000 el número de personas con pérdida auditiva, que es discapacitante cuando supera los 40 decibeles en el mejor oído auditivo en adultos y de 30 decibeles en el caso de los niños.
La música y la sordera
ME-DEL adelantó una encuesta entre 1.028 personas con audición normal o pérdida auditiva (527 mujeres y 501 hombres), que dejó hallazgos claves para entender la importancia de la música en la vida de las personas y en el desarrollo y proceso de rehabilitación de un paciente con pérdida auditiva.
En esos hallazgos, se destaca que el 57 % de los encuestados manifiesta escuchar música todos los días; y sorprende que 60 % son personas mayores de 55 años, que por su edad son los más propensos a sufrir de presbiacusia, una pérdida de audición que ocurre poco a poco en la mayoría de las personas al envejecer. Es uno de los trastornos más comunes que afectan a los adultos mayores y de edad avanzada
Otros datos que dejó el estudio de ME-DEL son:
- El 55 % de los jóvenes entre los 18 y los 24 años ve la música como parte esencial de su estilo de vida. Sin embargo, hay que considerar que en este grupo poblacional la exposición a los dispositivos tecnológicos, como los audífonos en tiempos y volúmenes exagerados, amplifican la posibilidad de llegar a una pérdida auditiva.
- El 52 % teme perder la audición un día. Este dato es importante considerando que una manera de prevenir esta situación es evitando una exposición a situaciones de riesgo: música estridente o el estallido de la pólvora, propios de la época de diciembre o en cualquier otra temporada del año.
- El 19 % no se ha hecho un chequeo auditivo antes, lo que significa que hay mayor conciencia de hacer una detección temprana, pero hace falta.
- El 51 % opina que en caso de tener la sospecha de pérdida auditiva acudiría al especialista de manera inmediata.
Consejos para la buena salud de los oídos
- Mantener el volumen bajo: se recomienda un volumen inferior a los 85 dB para una duración máxima de ocho horas al día.
- Limitar el tiempo que se dedica a actividades ruidosas: Alejarse de los ruidos fuertes cuando se va a un club nocturno o un lugar ruidoso.
- Vigilar los niveles seguros de exposición al ruido: Los usuarios deberían documentarse correctamente acerca del nivel seguro de exposición al ruido de sus dispositivos de audio personales informándose sobre los productos y sus características de seguridad.
- Prestar atención a las señales de advertencia de pérdida de audición: Las personas que sospechen que padecen pérdida auditiva deberían acudir a un profesional especializado.
- Realizar revisiones auditivas periódicas: Puede ayudar a detectar la aparición de la pérdida de audición en una etapa inicial.
- Secarse bien los oídos después del baño: Esto ayudará a que no se formen hongos en la parte interna del oído.