Desde el siglo pasado, la ciencia se ha venido interesando cada vez más sobre el estudio de las vitaminas B como analgésicos, sin embargo, a medida que fueron apareciendo en el mercado farmacéutico diferentes medicinas sintéticas para eliminar dolores, las vitaminas del grupo B fueron decayendo y tanto los expertos como las personas en general no se interesaron en conocer a fondo los beneficios que tiene el consumo de las vitaminas.

Recientemente, esto ha venido cambiando y las vitaminas se han convertido en una opción para reducir la cantidad de medicamentos sintéticos que consume una persona que sufre enfermedades crónicas, las cuales se ven beneficiadas en la reducción de molestias estomacales, dolores de espalda, tensión alta, entre otros síntomas.

La vitamina B12 es un nutriente esencial para el cuerpo. | Foto: Getty Images

Según relata el portal Farmacia Ecoceutics, “Las vitaminas del complejo B son varias, siendo la tiamina (B1), la piridoxina (B6) y la cianocobalamina (B12) las que tienen cierta evidencia a su favor para el uso en dolor de espalda.” Esto se debe a que podrían estar ayudando a la regeneración de nervios que estarían dañados, por lo que el dolor estaría reducido por la estabilización de la conducción nerviosa, entre otros factores que ayudarían a controlar y disminuir el dolor de espalda gracias al consumo de vitaminas B.

Además, según el portal anteriormente citado, las investigaciones, en principio, avalan que las vitaminas como la B1, B6 y la B12 contribuyen en algunos casos al dolor de espalda. “La vitamina B12 mejoró el dolor y la movilidad de personas con dolor de espalda crónico de origen no determinado”, afirma.

Dolor de espalda - Imagen de referencia | Foto: Peter Dazeley

Por otro lado, el portal Normon asegura que basándose en la evidencia recolectada se puede indicar que “el uso combinado de las vitaminas del grupo B (B1, B6 y B12), tiene un efecto adyuvante analgésico en el dolor mixto (en el que participan diferentes causas), específicamente en el dolor lumbar y otras alteraciones musculoesqueléticas.”

No obstante, los diferentes estudios que se han realizado no han contado con una amplia cantidad de personas, ni se han realizado durante un lapso de tiempo largo, por lo que sus resultados podrían variar y no podrían considerarse un tratamiento establecido para el dolor de espalda. Cabe mencionar que, la vitamina B12 es un componente vital para la formación de los glóbulos rojos en la médula ósea.

El dolor de espalda puede ser causado por permanecer mucho tiempo sentado o acostado. | Foto: Getty Images

¿Cómo saber si le falta al cuerpo vitamina B12?

La carencia de esta vitamina puede ocasionar síntomas o afecciones distintas en el organismo. Larry E. Johnson, médica de University of Arkansas for Medical Sciences, señala que un déficit grave de la misma puede provocar un daño neurológico y, en consecuencia, ocasionar hormigueo o pérdida de sensibilidad en las manos y los pies, debilidad muscular, pérdida de reflejos, dificultad para caminar, confusión y demencia.

Además, la carencia de esta da lugar a la anemia, lo que a su vez provoca fatiga, palidez y debilidad. La anemia por la falta de vitaminas es la falta de glóbulos rojos saludables, cuya causa se atribuye a tener menor cantidad a lo normal de B-12 y de folato. Esto sucede si las personas no comen suficientes alimentos que la contengan, o si su cuerpo tiene problemas para procesar o absorberlas, según el portal Mayo Clinic.

La deficiencia de vitamina B12 puede causar debilidad en el organismo. | Foto: Getty Images

Sin estos nutrientes el cuerpo produce glóbulos rojos que son demasiado grandes y que no funcionan adecuadamente. Por lo tanto, esto reduce su capacidad de llevar oxígeno.

¿Cómo saber que se tiene un déficit de esta vitamina?

Síntomas que indican falta de esta vitamina:

  • Diarrea o estreñimiento.
  • Fatiga, falta de energía o mareo al pararse o hacer esfuerzo.
  • Pérdida del apetito.
  • Piel pálida.
  • Sentirse irritable.
  • Problemas de concentración.
  • Dificultad respiratoria, sobre todo durante el ejercicio.
  • Inflamación y enrojecimiento de la lengua o encías sangrantes.