La glucosa es el azúcar principal que se encuentra en la sangre. Esta sustancia proviene de los alimentos que la persona consume y es su principal fuente de energía, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Cuando los niveles de azúcar se suben o bajan demasiado, la persona puede enfrentarse a diversos problemas de salud. La diabetes, por ejemplo, es una de las manifestaciones más complejas de los niveles altos de glucosa en la sangre, pues con el paso del tiempo puede causar serios problemas.

Una hormona llamada insulina es la que se encarga de que la glucosa ingrese a las células. Cuando esta no funciona bien o el cuerpo no la produce, se evidencian las consecuencias de los niveles del azúcar. Según la mencionada fuente, existen diferentes tipos de diabetes. El 1, que se presenta cuando el cuerpo no produce insulina; en el tipo 2, el cuerpo no produce y tampoco la utiliza bien. Sin suficiente insulina, la glucosa se acumula en la sangre, llevando a que se incrementen los niveles de azúcar.

El azúcar alto puede ocasionar diversos padecimientos de salud. Afectar los ojos, los nervios, los pies, los riñones y el corazón. En el caso particular de este último órgano, las subidas de glucosa en la sangre pueden ocasionar daños en los vasos sanguíneos y en los nervios.

Los especialistas aseguran que este daño aumenta la probabilidad de desarrollar afecciones cardíacas como, por ejemplo: enfermedad de las arterias coronarias, que ocurre lentamente a medida que un material pegajoso llamado placa se acumula en las arterias que suministran sangre al músculo cardíaco.

De igual forma, se puede presentar insuficiencia cardíaca. En esta afección, el corazón no puede bombear suficiente sangre rica en oxígeno para satisfacer las necesidades del cuerpo.

También se puede dar una cardiomiopatía, que es un grupo de enfermedades en las que el músculo cardíaco puede volverse grueso o rígido, por lo que no funciona de manera adecuada.

Los de mayores riesgos

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), las personas con diabetes también tienen más probabilidades de tener otras afecciones que aumentan el riesgo de presentar enfermedad cardíaca.

De acuerdo con esta fuente, por ejemplo, la presión arterial alta aumenta la fuerza con que la sangre se mueve por las arterias y puede dañarlas. Tener tanto presión arterial alta como diabetes puede aumentar considerablemente el riesgo de que el paciente se enfrente a una enfermedad del corazón.

La diabetes puede causar garves daños a diferentes órganos del cuerpo.

Otro padecimiento que aumenta el riesgo es tener un nivel muy alto de colesterol LDL (“malo”) en la sangre. Esto puede ocasionar la formación de placa y dañar las paredes arteriales.

Por otro lado, tener un nivel alto de triglicéridos y uno bajo de colesterol HDL (“bueno”) o un nivel alto de colesterol LDL contribuye al endurecimiento de las arterias, por lo que la sangre no puede fluir de manera normal.

Una de las situaciones más complejas es que ninguna de estas afecciones causa síntomas, por lo que lo recomendable es practicarse chequeos médicos de manera permanente y realizar exámenes que permitan medir tanto los niveles de colesterol como de triglicéridos.

Así se puede cuidar el corazón

Efectuar cambios en el estilo de vida es una de las mejores formas de mantener los niveles de azúcar controlados y cuidar el corazón. Estas son algunas de las recomendaciones de los CDC.

- Llevar una alimentación saludable. Comer más frutas y verduras frescas, proteínas magras y granos integrales y reducir los alimentos procesados, así como las grasas trans. Beber más agua, menos bebidas azucaradas y menos alcohol.

- Intentar tener un peso saludable. Bajar de peso ayuda a reducir los niveles de triglicéridos y de azúcar en la sangre.

- Hacer actividad física. Ser físicamente activo hace que el cuerpo sea más sensible a la insulina (la hormona que permite que las células del cuerpo usen el azúcar en la sangre para producir energía), lo cual ayuda a manejar la diabetes. La actividad física también controla los niveles de azúcar en la sangre y reduce el riesgo de enfermedad cardíaca.

- Manejar los factores clave de la diabetes: Hacerse una prueba regularmente para medir el promedio de los niveles de azúcar y tratar de mantener triglicéridos y colesterol bajo control.

- Manejar el estrés. El estrés puede aumentar la presión arterial y provocar comportamientos que no son saludables, como beber demasiado alcohol o comer mucho. Es recomendable hacer ejercicio o meditación, por ejemplo.