El diente de león es una planta que crece con facilidad en climas templados y con el paso de los años se le han dado diversos usos para el cuidado del organismo. En la medicina tradicional es utilizada para tratar problemas estomacales, dolores articulares, infecciones virales y dérmicas, entre otras afecciones.
El nombre de diente de león con el que popularmente se conoce se debe a la forma de sus hojas recortadas, que se asemejan a dientes agudos y curvos. Sin embargo, otros nombres hacen referencia a sus propiedades, precisa el portal salud Mapfre. Así, el castellano taraxacón o el italiano tarassaco vienen de su nombre en latín Taraxacum que quiere decir “remover” y hace alusión a sus propiedades laxantes.
Según el sitio web Nutrición y Farmacia de España, esta planta tiene propiedades diuréticas, es antianémica, antioxidante, posee características alcalinas, insecticidas y fúngicas, además de que se le atribuyen bondades antibacteriales. Esto se debe a su riqueza en fibras, vitaminas A, B, C y D, proteínas y minerales, incluyendo potasio.
Beneficios saludables del diente de león
Se dice que los antioxidantes que contiene esta hierba favorecen el correcto funcionamiento del hígado y el mantenimiento de un flujo adecuado de la bilis.
De igual forma, es recomendada para atender infecciones cutáneas, debido a que es un potente desintoxicante y antioxidante, por lo que es muy usado para tratar el acné, pues logra el equilibrio hormonal y favorece la apertura de los poros. También ayuda en problemas de la piel por infecciones bacterianas y aporta en procesos de cicatrización de llagas y heridas.
Por otro lado, las propiedades diuréticas del diente de león suelen utilizarse para tratar los problemas renales, dice Nutrición y Farmacia. Y puesto que los riñones e hígado trabajan en conjunto para la limpieza y excreción de toxinas, sus componentes naturales ayudan a la limpieza general del organismo.
El portal Dos Farma, por su parte, dice que esta hierba contiene un importante porcentaje de agua y un bajo contenido en carbohidratos y grasas. En consecuencia, es ligera y poco calórica. Estas cualidades la hacen idónea para quienes pretenden perder peso o realizan dietas para adelgazar y sus beneficios se obtendrán en el marco de una dieta saludable y equilibrada.
Además, el portal de bienestar y salud Tua Saúde sugiere que otro de sus beneficios es que aumentaría la producción de insulina, ayudando en el tratamiento de la diabetes.
¿Cómo consumirlo?
Una de las formas de consumirlo es en té, aunque también funciona en jugo. También se encuentra en formulaciones preparadas, disponibles en farmacias y tiendas naturistas.
Para preparar el té se requiere de una cucharada de raíz de diente de león triturada y un vaso de agua. Se hierve el agua y se vierte sobre la raíz triturada, se deja reposar durante diez minutos, se cuela y se bebe tibia, hasta tres veces al día. En caso de problemas gastrointestinales se debe tomar antes de las comidas.
Efectos secundarios y contraindicaciones
Por lo general esta planta se consume en infusión, té y ensaladas. Sin embargo, también está disponible en extractos y suplementos. Estos últimos deben tomarse con precaución, bajo supervisión de un especialista, según información del médico Leonardo Biolatto, en una publicación de la revista Mejor con Salud.
Si bien los efectos secundarios del diente de león son poco frecuentes en adultos sanos que lo consumen de forma moderada, cuando se presentan es por un consumo excesivo o porque la persona presenta alguna reacción alérgica a la planta.
Biolatto cita una publicación en National Library of Medicine en la cual se determina que dichos efectos incluyen diarrea y malestar gastrointestinal, acompañado de acidez estomacal, gases y dolor. También puede causar alergias, con síntomas como picor, ojos irritados, boca seca o con mucha saliva. Otros malestares adversos incluyen: dolor de cabeza, malestar articular y muscular, palpitaciones, sudoración y escalofríos y problemas para concentrarse.
Es importante también tener presente que el consumo de esta planta está contraindicado en algunos casos. Por ejemplo, en el periodo de embarazo y lactancia; cuando una persona padece enfermedades de la vesícula biliar o cuando sufre de eccema, pues estos últimos pacientes tienen más probabilidades de presentar una reacción alérgica.
Tampoco es recomendable que lo consuman quienes sufren de gastritis y úlceras gástricas o aquellos que tienen trastornos hemorrágicos porque esta planta tiene la posibilidad de incrementar el riesgo de hematomas al ralentizar la coagulación sanguínea.
Los pacientes con insuficiencia renal son otro grupo que debe evitar esta planta, así como quienes consumen medicamentos debido al riesgo de interacciones que esta planta genera.